“Es una evolución muy buena” aseguró Fernando Simón este martes, refiriéndose al número de infectados que, por cierto, sigue creciendo. Sí, lo hace a un ritmo menor, pero es lo mínimo que se podría esperar después de un mes de confinamiento forzoso bajo amenaza de cárcel. Últimos datos oficiales: 18.056 fallecidos, con un leve repunte en las últimas 24 horas (567), 172.591 infectados y 67.504 recuperados, sin duda la cifra más esperanzadora.
A pesar de todo, Pedro Sánchez sigue vendiendo el éxito de su gestión que se puede resumir en dos palabras -confinamiento forzoso- y que se parece más a un estado de excepción que a uno de alarma. Después de 18.056 muertos, el presidente del Gobierno no ha pedido ni media disculpa: él no comete errores.
Nuestro país también es el que registra mayor número de sanitarios contagiados del mundo. ¿Dónde está el éxito?
Ahora bien, el dato más tremendo, el que habría hecho dimitir a más de un dirigente, es el del número de fallecidos por número de habitantes, el que marca realmente la incidencia de la pandemia con respecto al resto de países. España gana por goleada y, además, se está consolidando en el primer puesto, con 374 fallecidos por millón de habitantes (el día 9 de abril lideraba el ranking con 326), por delante de Italia (338) y de Bélgica (337). Francia tiene 221 y Suecia, que no ha paralizado su actividad económica como España, 91.
Y miren por dónde, en la estadística presentada el lunes por Vicente Vallés en el informativo de Antena 3, ni siquiera aparecen Hungría y Polonia, los dos ‘enemigos’ de Europa que siguen celebrando misas con presencia de fieles, respetando las medidas sanitaras y la distancia social, naturalmente.
La gestión del Gobierno Sánchez es un desastre y una calamidad. Nuestro país también es el que registra mayor número de sanitarios contagiados del mundo. ¿Dónde está el éxito?