El Corte Inglés (ECI) ha comprado la empresa de seguridad Mega-2, que creara Juan Carlos Fernández Cernuda, por 28 millones de euros. En momentos de crisis como los que atraviesa ECI, esa compra ha provocado malestar entre la plantilla, especialmente en el centro corporativo. Muchos opinan que no era el momento. Además, Cernuda se jubila en marzo y se supone que cobrará una indemnización por su salida.
En concreto, la consejera Carlota Areces se ha opuesto a la decisión, que se ha explicado a los consejeros pero que, ojo, aún no es definitiva por no haber pasado por el Consejo de Administración. Y por de pronto ya cuenta con un voto en contra, voto que representa al 9% del capital.
Además, al fondo surge la pregunta sin respuesta. La generosidad de la presidenta, Marta Álvarez, ¿se debe a que quiere pasar página en la etapa Cernuda, el más cercano colaborador de Isidoro Álvarez?. Desde luego, si es una despedida ha resultado onerosa, aunque en ECI insisten en que Mega-2 será un gran negocio para el Corte Inglés.
Pero éramos pocos y la abuela se dedica a coquetear. En el entretanto, Catalina Polán, jefa de seguridad de El Corte Inglés (ECI), sucesora de Cernuda en el cargo y persona de la estricta confianza de este último, ha iniciado una purga en su Departamento, clave en toda empresa de consumo masivo. Muy oportuna.
No acaban de estar claros los motivos pero, al parecer, Polán aduce que algunos de los responsables son fieles a anteriores presidentes o, en cualquier caso, quiere hacer un Departamento a su medida en la etapa post-Cernuda.
La pregunta: ¿Marta Álvarez quiere pasar página de la etapa Cernuda? Se jubila en marzo
Y no debería porque aunque en Seguridad se obedece en primera posición de saludo, en el Corte Inglés trabajan personas con un historial policial muy superior al de la jefa del Departamento, cuya experiencia se reduce a la ley de violencia de género, que no resulta el cometido policial más arriesgado, precisamente.
Otrosí, Cernuda era reconocido como el más eximio representante en el aristocrático club de los responsables de seguridad de las grandes compañías del IBE (o no Ibex pero en cabeza por facturación). No es el caso de Polán.
Por los motivos que sean, la primera víctima de Polán ha sido José Granja Soto, un veterano responsable de Seguridad en Andalucía Occidental y con un currículo difícil de repetir en la Guardia Civil. Y en la empresa aseguran que no será el último.
Los hechos ocurrieron así: el día 17 de junio, en una visita a Sevilla, Catalina Polán relegó de su cargo de Delegado Regional de Andalucía Occidental. y Extremadura, al que durante 8 años lo había ejercido y anteriormente otros 7 años de Delegado de Seguridad de Nervión, un ex-agente de los GAR, Unidad de Élite de la Guardia Civil y que según consta, no lo había hecho mal del todo a la vista de los números que le avalan y de las evaluaciones de sus jefes (9,3 sobre 10).
Coincidiendo con la jubilación del que fue Director Regional de aquella región y tras tomar las riendas de ésta la nueva directora, Carmen Moreno, quien mantiene una estrecha relación de amistad con Polán, se procedió, no al despido, pero sí a la humillación de Granja, relegándole a un puesto subalterno… “por falta de confianza”.
Falta de confianza fue la única razón aducida. Se le asignó como nuevo destino el Centro más pequeño de la Región (Sevilla Este) y fue sustituido por una persona de 63 años, eso sí, de su máxima confianza. Y ya estamos en los juzgados de lo social.
Este relevo impuesto y sin justificación alguna, le ha costado a la empresa ECI, de momento, una denuncia en los Juzgados de lo Social, por mala praxis en la gestión de su personal.
Pero sobre todo, no era el momento idóneo. Polán ha puesto a Cernuda en berlina. Además, en pleno confinamiento, con todo lo que ello ha afectado a El Corte Inglés… no era el momento.