“Si su tío levantara la cabeza”, es una de las frases más repetidas estos años en los pasillos y corrillos de Hermosilla,112 y de los centros comerciales de El Corte Inglés, en referencia, naturalmente, al expresidente Isidoro Álvarez y a su sobrino, el también expresidenta, Dimas Gimeno.
Sinceramente, si su tío pudiera ver que sólo le han bastado a su hermana y sobrino seis años para pulirse toda la herencia que les legó, enfrentarse a sus hijas en una guerra que parecía no tener fin y desvincularse completamente de El Corte Inglés, porque nunca jamás les importó la empresa… ciertamente, volvería a morirse, pero de pena.
Madre e hijo, María Antonia Álvarez y Dimas Gimeno han conseguido, tal y como adelantaba Hispanidad, vender su 22% de IASA, empresa dueña de las acciones del Gran Almacén, al módico precio de 145 millones de euros. Parecerá mucho dinero, pero los desesperados por vender, madre e hijo, arrastran deudas millonarias que podrían hacer que la citada cantidad dure poco menos de otros seis años en sus manos.
La “condictio sine qua non” de Marta Álvarez como Presidenta y mayor accionista de IASA, es clara: Dimas, para poder vender ese 22%, deberá cancelar su deuda con Hacienda, 70 millones de euros, además de los intereses generados con el Banco Santander por haber pignorado los dividendos de sus acciones hace tres años, a cambio de adelantar 40 millones para el primer pago al Fisco. Además, tampoco ha pagado a los abogados que han llevado las demandas de la “guerra de El Corte Inglés”.
Pues bien, madre e hijo adeudan al bufete de la abogada María Victoria Vega cinco años de minutas impagadas, por una cuantía superior al millón de euros. El bufete se ha sumado a la cola de acreedores de Dimas Gimeno, exigiendo en los Juzgados respectivos que se retenga la cantidad que le deben madre e hijo; bien de la venta de las acciones de IASA, bien de esos 2’5 millones que hace escasos días El Corte Inglés pagó a Gimeno en concepto de acciones de Presidencia.
Ese paquete de acciones que adquirió Dimas al ser nombrado presidente de El Corte Inglés, cuando falleció su tío, no se lo había llevado cuando fue cesado, siendo reembolsado, como este medio ha podido saber hace muy pocos días. Al parece dejó de ser presidente y dejó de creer en El Corte Inglés.
Hay que tener en cuenta que la venta del paquete accionarial de IASA, se realizará en tres partes o pagos, durante tres años. El primero de los cuales deberá llevarse a cabo antes del 30 de marzo y será de 80 millones de euros: ¡Abran juego, señores! Si restamos los 70 de Hacienda, los intereses del Santander y la deuda de abogados… Dimas y mamá se vuelven a quedar a cero.
La condición de la Presidenta de los grandes almacenes, Marta Álvarez, es clara: ni deudas, ni cargas, ni demandas pendientes sobre las acciones de IASA y sus todavía a día de hoy propietarios. Las incómodas demandas reclamando cobrar un trabajo realizado y dicho sea de paso, fundamental para que M. Antonia y Dimas puedan vender las acciones, son un impedimento hoy por hoy para terminar con esa parte de la familia para siempre.
Además Dimas Gimeno, necesita dinero, cash y liquidez, para lanzar eso que ha vendido como su gran proyecto empresarial WOW, algo que ya vaticinan muchos medios y personal especializado en el “retail” o “market place” como “WOWWW el batacazo empresarial de Dimas Gimeno”. No en vano, el momento actual no es el mejor para embarcarse en proyectos ambiciosos o inconsistentes como el que plantea Gimeno, un negocio de lujo enfocado -precisamente- al lujo en plena crisis pandémica existencial y económica real. Los turistas del llamado mercado de lujo no están acudiendo a la capital para realizar compras, si no, que pregunte a su prima el Sr. Gimeno ¿cuánto tiempo hace que no llegan los grandes clientes asiáticos y árabes a El Corte Inglés de Castellana?.
Se acabaron los tiempos de vino y rosas, aquellos días en que, creyéndose Gimeno presidente, viajaba en aviones privados, vivía a todo tren y utilizaba a sus guardaespaldas para cuidar de los niños cuando hacía falta. Cuando tenía hasta su propia “Melania Trump”. Dimas y su Melania (Mónica Esteban Morán), esa esposa que un medio denominaba el pasado fin de semana “la esposa en la sombra de Dimas Gimeno”, es mucho más que eso. Desde que le nombraron presidente, ella decidió dedicarse a la “obra social” algo que siendo presidenta consorte vende muy bien entre la alta sociedad madrileña.