La apuesta por la banca de inversión que salvó el resultado de 2019, no le ha servido esta vez a Crédit Agricole -matriz de la vasca Bankoa- para aumentar el beneficio del primer trimestre del ejercicio, que ha caído un 16,4%, hasta los 638 millones de euros. ¿El motivo? Las provisiones de 621 millones de euros, un 176% superiores a las de un año antes, que ha realizado la entidad para hacer frente a las presumibles pérdidas provocadas por el coronavirus.
El aspecto positivo fue la cifra de negocio, que aumentó un 7,1%, hasta los 5.200 millones de euros. Por su parte, el ratio de capital cayó siete décimas en el último trimestre, desde el 12,1% de diciembre hasta el 11,4% actual.