- El segundo banco francés pagará una sanción de 693 millones por violar en veto americano contra a Cuba, Irán y Sudán.
- La multa reabre el debate en CA: los 39 bancos regionales (dueños del 56%) creen que hay que volver al negocio tradicional.
- Para EEUU, los embargos son una herramienta de su política exterior y los bancos deben cumplir (si quieren operar allí).
- Hablamos de un arma comercial con 'abolengo': la primera potencia no ha dejado de utilizarla desde la II Guerra Mundial.
- El primer banco francés, BNP, también pasó por el aro y tuvo que desembolsar 8.830 millones.
El segundo banco francés,
Crédit Agricole, ha llegado a un acuerdo con las autoridades americanas para cerrar la investigación sobre si vulneró la prohibición americana de operar con Irán, Cuba y Sudán, sobre los que pesaba un
embargo comercial de EEUU.
El
arreglo pasa, como siempre, por el pago de una sanción, de 787,3 millones de dólares en ese caso (693 millones de unos), y a otra cosa mariposa. El primer banco francés,
BNP Paribas, pasó por un trance similar y tuvo que pagar 8.830 millones de dólares.
Para el banco francés, está claro, es el modo de quitarse de encima un caso que le trae de calle desde hace tiempo, pero que no deja de ser, también, una cesión ante los embargos que decide, según y cómo, la primera potencia económica.
La razón es clara también: Estados Unidos alarga en ese veto (de naturaleza económica) una herramienta política de su política exterior.
La práctica disuasoria se repite desde la II Guerra Mundial. Pero no hay otro modo de operar en ese país si se acata, como en ese caso, su política internacional.
Del mismo modo que Vietnam o Corea estuvieron en su día en la
lista negra americana de embargos comerciales, lo están ahora también Sudán, Cuba o Irán. Y dicho sea todo: en estos dos últimos países puede cambiar en breve. En el caso cubano tras el último deshielo en sus tensas relaciones, y en el caso iraní tras el
acuerdo nuclear de Obama con el régimen de los ayatolás.
Los argumentos del fiscal lo dejan claro: "Las sanciones son críticas tanto para nuestra seguridad nacional como para nuestros intereses en política exterior".
Crédit Agricole se saltó la prohibición a través de su filial americana en el periodo 2003 y 2008. Es ahí donde arrancó la investigación que ahora se cierra con un acuerdo en forma de sanción. Esas operaciones ascendieron a unos 28.200 millones de euros (32.000 millones de dólares).
¿Cómo lo pagará? Según el acuerdo, abonará 385 millones de dólares (340 millones de euros) al Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York; 90,3 millones de dólares (80 millones de euros) a la Reserva Federal; 156 millones de dólares (137 millones de euros), a la oficina del fiscal del Distrito de Columbia y esta misma cantidad a la
oficina del fiscal de Nueva York.
Paralelamente, el pago de la multa no ha sentado nada bien en el banco francés,
en pleno debate sobre sus propias apuestas. No hay que olvidar que el 56% del capital está en manos de 39 bancos cooperativos franceses y un 46% cotiza en bolsa. Pues bien, esos 39 bancos regiones creen que hay que volver al
negocio bancario tradicional.
Hablamos, por tanto, de un gran grupo financiero francés, con vocación de liderazgo fuera de sus fronteras, pero al que le han salido bien, en ese mismo sentido, algunas de sus últimas aventuras, como sus participaciones en bancos portugueses o griegos, o sus operaciones más propias de la banca de inversión cuando quiere parecerse a la
banca en la sombra (fondos de inversión). La conclusión se salda con multas,
que el banco francés también ha tenido que pagar, por ejemplo, por
manipular los índices de referencia. Poco tiene que ver todo eso con el modelo cooperativo.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com