El automóvil vive una profunda crisis, avivada por la que ha provocado el coronavirus, y aunque va mejorando décima a décima, sigue siendo preocupante. Las matriculaciones de coches han caído un 35,3% hasta noviembre, algo menos que hasta el décimo mes (-36,8%), pero seguramente seguirá siendo la más elevada dentro de la Unión Europea. Y ojo, el sector alerta de un grave riesgo si sube el Impuesto de Matriculación.
En concreto, se han registrado 745.369 matriculaciones de turismos y todoterrenos en los once primeros meses (-35,3%) y también han descendido las de vehículos comerciales ligeros (-28,7%, a 141.487) e industriales y autobuses (-25,8%, a 19.653), según los datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Es decir, que se mantienen las caídas en todos los segmentos. Eso sí, se han vendido 23.306 vehículos electrificados, híbridos y de gas, un 52% más que hace un año y ya representan una cuota de mercado del 24,7%, la cual es inferior a la de los de gasolina (35,39%) y diesel (39,88%), por la falta de infraestructuras de recarga y la lentitud en las nuevas instalaciones y las dificultades de gestión del plan Moves II en algunas comunidades autónomas.
Las asociaciones más representativas del sector (Anfac -fabricantes-, Faconauto -concesionarios oficiales- y Ganvam -vendedores y reparación-) han alertado del grave riesgo que supondría la subida del Impuesto de Matriculación el próximo enero. La entrada en funcionamiento de la normativa europea WLTP, que representa una nueva forma de medir las emisiones de CO2, elevará en España dicho impuesto un 5%. Un efecto que no se da en otros países europeos: algunos no tienen dicho tributo y los que sí lo tienen (Francia y Portugal, por ejemplo) han aprobado cambios para que la WLTP funcione sin aumentarlo. El Gobierno, en especial la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, debería tomar buena cuenta de todo esto y aplicar medidas.