- Y que Fátima Báñez le sustituya.
- Para el líder de Ciudadanos, sería otra muesca en su revólver: y podría presumir hasta de cambiar ministros.
- El asunto de Equipo Económico aún puede estirarse si fuera necesario.
- Le mandarían a un organismo internacional.
- Rajoy se resiste. Teme otro efecto Margallo, con libro en galeradas.
- Y a Cospedal tampoco le gusta que su eterna competidora, Sáenz de Santamaría, gane batallas.
El concepto
ministro-moneda de cambio está muy de moda en la
política española. Y las alianzas contra-natura también. Por ejemplo, ahora mismo la vicepresidenta
Soraya Sáenz de Santamaría, que quiere ser califa en lugar del califa, se ha laido con
Albert Rivera quien sólo desea el poder absoluto. Objetivo: cargarse al ministro de Hacienda,
Cristóbal Montoro (
en la imagen)
y sustituirle por la sorayisa, ministra de Trabajo,
Fátima Báñez. Para Rivera, cargarse a Montoro significaría una muesca más en su revólver, nada menos que un líder de la leal oposición capaz de cargarse a un ministro del Gobierno.
Eso es mucho.
Y a Soraya le conviene colocar en Hacienda a su apoyo fundamental en el Ejecutivo, es decir, a la titular de trabajo, Fátima Báñez. Y si fuera necesario, estaría el caso
Equipo Económico. Todo es estimable cuando se trata de corrupción.
De hecho, los chicos de Soraya ya le están buscando hueco en algún organismo internacional, de mucha enjundia, eso sí.
¿Está hecho? No. Rajoy tiene aversión a los cambios.
No le gusta prescindir de una pieza clave del Ejecutivo -para bien y para mal- como es Cristóbal Montoro. Y a
Dolores de Cospedal, siempre enfrentada a Soraya, tampoco le agrada. Más que nada para que Soraya, que quiere se califa en lugar del califa, no gane batallas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com