- El Estado Islámico difunde un vídeo donde se ve cómo extremistas del grupo Maute destrozaron tallas de Jesús y de la Virgen María en Marawi (Filipinas).
- También rompieron misales, copones, hostias, imágenes del Papa Francisco y de Benedicto XVI.
- Pero no se conformaron y prendieron fuego a la catedral de María Auxiliadora y al obispado.
- Claro que eso no fue lo único: secuestraron a 15 fieles y al vicario general, el padre Teresito Soganub.
- La activista Ayaan Hirsi Ali lo tiene claro: "El islam no es una religión de paz… la llamada a la violencia y su justificación son explícitas en sus textos sagrados".
Nuevo episodio de
cristofobia, esta vez en
Filipinas, donde casi el 80% de la población se identifica como católica y ahora está atrapada entre dos sangrientas guerras (la del Ejército contra el narcotráfico y contra el
Estado Islámico que codicia esta
nueva presa).
Los hechos ocurridos hace unas semanas demuestran lo que es el
islam y llevan a preguntarnos si ¿es una
religión de paz como muchos señalan? Parece que no, a juzgar por el
vídeo difundido por los terroristas islamistas, a través de la agencia de noticias
Amaq, afín al EI, hace unos días.
En concreto, se ve a extremistas armados del grupo islamista
Maute, afín al Estado Islámico,
destrozando diversas tallas de Jesús, de la Virgen María y de varios santos en Marawi, capital de la provincia filipina de Lanao Sur, en la isla de Mindanao. No tienen el más mínimo reparo en tirarlas al suelo, pisotearlas, golpearlas o romperlas a martillazos. Esto tiene poco de pacífico, por no decir nada en absoluto.
Los extremistas del grupo Maute también rompieron misales, biblias, copones, hostias, imágenes del Papa Francisco y de Benedicto XVI, cuadros del Vía Crucis… Pero no se conformaron y
prendieron fuego a la catedral de María Auxiliadora y al obispado.
Claro que eso no fue lo único:
secuestraron a 15 fieles cristianos y al vicario general, padre Teresito Soganub. Además, se atrevieron a amenazar con degollar al sacerdote, si el Ejército no retiraba su cerco a los extremistas islamistas. Sin duda, poca paz hay en todos estos lamentables hechos ocurridos en Marawi. Finalmente, el pasado miércoles, el Ejército filipino retomó el control de dicha ciudad.
La activista
Ayaan Hirsi Ali tiene claro que "el islam no es una religión de paz", como recoge
Religión en Libertad. Nació en Somalia y fue musulmana, pero huyó de su país cuando su padre le concertó un matrimonio con un hombre que no conocía y llegó como refugiada a Holanda, donde llegó a ser diputada; ahora trabaja en la Universidad de Harvard (EEUU) y habla sin tapujos: "la
llamada a la violencia y la justificación de la misma son explícitas en los textos sagrados del islam".
Ayaan Hirsi Ali considera que es "erróneo insistir, como habitualmente hacen los líderes occidentales, que los actos violentos cometidos en nombre del islam pueden de alguna manera, estar separados de la religión". Además, "he visto el islam desde dentro y desde fuera,
creo que la reforma del islam es necesaria y posible. Y sólo los musulmanes pueden hacerla realidad", añade.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com