El pasado sábado se celebró la Cumbre de Ambición Climática para renovar los compromisos del Acuerdo de París en su quinto aniversario. España, cómo no, volvió a presumir de ser de las más listas de la clase ecologista, aunque esto la convierta en una de las más tontas del mundo. Y es que dirá adiós al carbón antes de 2030, mientras China consume casi el 50% del carbón mundial.

Pedro Sánchez fue uno de los 71 dirigentes que intervinieron en la citada Cumbre, donde hizo alarde de cursilería (¿se le habrá pegado de José Manuel Entrecanales?), pues afirmó que “la emergencia climática es el mayor desafío de nuestra civilización”. Es más la considera “una inversión potencial para nuestra economía y una obligación para la seguridad de nuestros ciudadanos y ciudadanas”, así como “una garantía de futuro para próximas generaciones”. Y cómo no, ha aplaudido que Europa elevara su objetivo de reducción de emisiones al 55% en 2030, aunque sólo suponen el 10% de las mundiales

El presidente del Gobierno socio-comunista ha presumido de que han apostado por acelerar la transición ecológica, porque el pasado mayo se aprobó el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Sin embargo, conviene poner los puntos sobre las íes, porque dicha ley sigue estando en proyecto y ha recibido 758 enmiendas, así que Sánchez no debería colgarse tantas medallas. Además, ha presumido de que han aprobado la estrategia de descarbonización para alcanzar la neutralidad en carbono en 2050, afirmando que “vamos a cambiar las fuentes de energía que consumimos, pues el 97% serán renovables”, aunque no tendrá reparos en cerrar los siete reactores nucleares que están operativos y que generan energía renovable, porque no emiten CO2.

Sánchez ha situado como “sectores en transición” a “las centrales térmicas, las centrales nucleares o la minería de carbón”. No debería olvidar las recientes declaraciones del director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi: “En cualquier modelo de transición energética el aporte nuclear es indispensable”. Y ojo, porque no es lo mismo la nuclear que el carbón: Alemania no se despedirá de esta última hasta 2038. mientras el presidente chino, Xi Jinping, ha anunciado que duplicará su capacidad de energía eólica y solar de cara a 2030, aumentando la participación de combustibles no fósiles en el consumo de energía primaria a alrededor del 25%. Y atención, no se puede perder de vista que a pesar de la creciente ola ecologista, el consumo de carbón mundial ha aumentado un 60% desde el año 2000, según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), y que hay unas 1.000 plantas de carbón en construcción, aprobadas o planificadas.