Greta es nuestro heroína. La pre-adolescente petarda, que lleva 1 año pirateando cole, ha conseguido de Barack Obama, paladín del Nuevo Orden Mundial (NOM), el mejor de los piropos: “Estás cambiando el mundo”. Como él ya lo ha cambiado, a peor, Greta se habrá sentido muy consolada, bastante más que el mundo.
La locura del cambio climático es plausible entre la nueva generación. Cuando les peguntas –y las teles no dejan de hacerlo- aseguran que tienen “miedo” –no se sabe exactamente a qué-, que estamos próximos al punto de irreversibilidad (llevamos una década rozando ese pérfido mojón) y que la culpa de lo que ocurre en el universo la tiene el hombre y, ya puestos a concretar, los políticos y las grandes multinacionales.
La forma más eficaz de terminar con la pobreza es matar al pobre, a ser posible antes de que nazca
No es emergencia climática, es histeria climática, neurastenia colectiva, sin duda propagada por el colectivo de psiquiatras y el fabricante de Lexatin apara aumentar sus ventas.
Y ahora llega el no va más: la cumbre de Naciones Unidas sobre el clima: una semana de propaganda histérico-global. Los países –por ejemplo, Estados Unidos- que se han atrevido a levantar el brazo en nombre de la cordura han sido marginados, por ‘negacionistas’.
Emergencia climática y feminista: el hombre –en especial el varón- es el culpable del cambio climático
Y no es cosa de broma: en nombre del calentamiento global lo que se trata de imponer es la tiranía global. En pocas palabras: nadie se atreverá a oponerse a nada si es el planeta –en su sentido de cosas, no de personas- lo que está en juego.
Nos dirán qué debemos comer, lo que debemos comprar, cómo debemos vestir, lo que debemos estudiar, qué transporte debemos utilizar, lo que debemos viajar, lo que debemos opinar… todo ello para salvar al puntero planeta él fin- que no a las personas –puro medio-. ¡Y mira que nos ha salido quejica el puñetero planeta, criatura quejica donde las haya. Es la reversión del bíblico: henchid la tierra y sometedla.
¡Qué casualidad! Todos los esforzados contra el cambio climático son entusiastas partidarios del aborto
Y naturalmente, la gran mentira que adelanta, allá al fondo, es la de que para salvar al planeta hay que matar a su depredador: el hombre. En el fondo, no deja de ser lo mismo que nos lleva vendiendo la progresía desde la invención de aquella expresión señera, la de ‘El Tercer Mundo’: la mejor manera de terminar con la pobreza es reducir el número de pobres, a ser posible antes de que nazcan. ¡Y miren qué casualidad!: todos los esforzados contra el cambio climático son entusiastas partidarios del aborto. Hay que salvar al planeta y condenar a los humanos
Y un añadido: la causa es muy justa y cualquier medida contra la emergencia debe sr admitida sin rechistar porque, ojo al dato, el hombre –en especial el varón- es el culpable del cambio climático.
Cambio climático e ideología de género: las dos grandes mentiras de nuestro tiempo. Y nos las estamos tragando con formidable entusiasmo.
Pero a lo que estamos: en nombre de la emergencia climática nadie se atreverá a oponerse a nada, por muy bestia que resulte lo que se propone.
Una pregunta: ¿nos hemos vuelto todos idiotas o es simple histeria?