• El jefe de Daesh reconoce la derrota en Irak y llama a sus terroristas a realizar ataques suicidas.
  • Abu Bakr al Baghdadi les promete "72 mujeres en el cielo". Está claro que las huríes van a tocar a muy poco.
  • Y, a la vez, Estado Islámico mina la ciudad de Palmira (Siria) antes de su retirada.
Las fuerzas iraquíes intensifican progresivamente su ofensiva sobre los terroristas del Estado Islámico (Daesh) en Mosul, el último bastión de los yihadistas en Irak. El líder del grupo terrorista, Abu Bakr al Baghdadi (en la imagen), reconoció la derrota en esa ciudad y llamó a sus combatientes a llevar a cabo ataques suicidas, recoge Infobae. Medios de comunicación locales informaron que el jefe yihadista emitió una declaración llamada "discurso de despedida" que fue distribuida entre predicadores y clérigos de Daesh. En su mensaje, instó a los terroristas a huir y esconderse de las fuerzas iraquíes, o a llevar a cabo ataques suicidadas, con la promesa de recibir "72 mujeres en el cielo". Esta información fue divulgada en las últimas horas, cuando el Ejército de Irak tomó el control de la última carretera importante de Mosul. Después de más de 100 días de combates, las fuerzas iraquíes capturaron el lado oriental de la ciudad. El ministro de Defensa británico, Michael Fallon, indicó que la coalición internacional espera ver a EI fuera de Irak a fines de 2017. Hasta el momento se desconoce el paradero de Al Baghdadi, de quien en los últimos tiempos se informó que había sido herido en reiteradas ocasiones. Pero, a la vez que se retiran de Irak, los yihadistas de Estado Islámico también lo hacen de Siria. Por ejemplo, de Palmira. El ejército y las milicias leales a Al Asad irrumpieron en Palmira este miércoles, en una ofensiva lanzada desde el oeste del casco urbano. En su retirada, los terroristas minaron diversos puntos de la ciudad, patrimonio mundial de la UNESCO, por lo que las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad todavía no se han hecho con el control total de la urbe, según un comunicado de la ONG que recoge DW. Los aviones y helicópteros de Rusia, aliada de Al Asad, están intensificando sus bombardeos en las zonas aún controladas por los yihadistas en Palmira y en las regiones rurales a su alrededor, según la misma fuente. Durante su dominio, los yihadistas dinamitaron los templos de Bel y Bal Shamín, el frente escénico del teatro romano, el taetrapilón, el arco del triunfo y numerosas estatuas del museo de la ciudad, acciones que fueron consideradas como "crímenes de guerra" por la UNESCO. Palmira fue en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes de la época y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el desierto del centro de Siria. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com