- En vivo y en directo, durante la reunión con la gran banca española de la tarde del lunes, en Madrid.
- Eso sí, promete que no habrá más requerimientos de capital: el 'fully loaded' no se llevará hasta el 20%.
- Ni más restricciones de dividendos y cupones.
- Pero el problema de fondo persiste y la reunión tuvo algo de tensa.
- Los banqueros españoles le recordaron que tanta solvencia no sólo está hundiendo la rentabilidad, sino también el crédito.
- Además, con tipos negativos se llegará a otra crisis bancaria como la de 2007, sólo que por otra vía.
- Es igual: a la señora Nouy no le gusta la banca doméstica española: lo suyo es la banca de inversión y la desintermediación.
La reunión entre los grandes banqueros españoles y la directora de Supervisión del
Banco Central Europeo (BCE), la francesa
Danièle Nouy (
en la imagen) puede considerarse 'diplomáticamente' cordial. Es decir, tirando a tensa.
Ocurrió durante la tarde del lunes, en Madrid, y
el Banco de España hizo de anfitrión.
Los banqueros españoles presentes, todos los grandes del sector, le recordaron que, con unos tipos en negativo y con una sobre-regulación tan aplastante, no hay manera de hacer negocio. Pero Nouy no cede, es de granito y, además, seamos sinceros,
no le gusta la banca española ni le gustan los españoles.
No le gusta la banca española porque es una chiflada de la desintermediación financiera. Ya saben,
cambiar bancos por fondos, créditos por apelación al mercado y despóticos por participaciones.
Como si los fondos fueran más vigilables que los bancos.
No sólo eso,
tampoco le gustan las entidades con muchas oficinas ni el modelo de banca doméstica. Es decir, aquella que cumple una mayor y mejor función social. Es decir,
la banca española, comparada con la inglesa o la alemana, por decir algo.
En conclusión,
Danièle Nouy animó a la banca española a crecer en tamaño y reducir gastos, como respuesta a la situación de
tipos cero. Es decir, las dos recetas de quien está pidiendo
pocos bancos muy grandes, sistémicos, a los que sí está dispuesto a ayudar la autoridad política.
O sea, a fusionarse,
porque una fusión representa la excusa perfecta para deducir oficinas y plantilla: sólo por eso.
Pero todo tiene un límite, claro, porque la obsesión por la solvencia bancaria, medida siempre en recursos propios,
puede acabar por provocar una segunda crisis, que es lo que trata de evitar.
De hecho, los banqueros españoles le recordaron que las exigencias de solvencia en forma de recursos propios y los tipos en negativo del BCE no sólo merman la rentabilidad sino
el crédito. Y eso es mucho más grave.
Y ahí, la dama de granito -Danièle, Oui c'est moi- cedió. En ese momento, las columnas del
Banco de España vibraron, conmovidas. No mucho, no se vayan a creer, doña Danièle sólo dijo que no se exigirían más requerimientos de capital 'fully loaded' que el 10% ahora fijado (como media simple, se entiende). Y es que el rumor era que
el BCE engolosinado con tortura con la solvencia quería aumentar el 'fully loaded' hasta la frontera del 20%. Imagen: Estás con el agua al cuello pero tengo buenas noticias para ti:
no voy a llenar más la piscina.
No sólo eso, Nouy también dio otra buena noticia a los allí presentes: no se van a restringir ni dividendos ni cupones. Es decir, se abre la mano para que los bancos pueden dividendar con generosidad o emitir, con rentabilidades atractivas, títulos negociables.
Eso sí, a cambio fusiónate, hazte más grande, hazte sistémico. Del crédito no te preocupes, la era de los bancos han pasado, ahora ha llegado la era de los fondos. Es decir, que la economía financista y la especulación financiera se multiplicarán por cinco.
Por lo demás caía la tarde en Madrid y todo estaba en orden… menos la banca.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com