- Caixabank venderá su participación en cuanto la acción de la petrolera supere los 15,5 euros.
- Y tiene para ello hasta 2018, cuando termina el plan estratégico.
- Sacyr podría hacer lo propio con su 8,5% a partir de los 15,7 euros por acción.
- Jordi Gual, presidente de Caixabank, aclara: el plan estratégico lleva a reducir las participaciones industriales (consumo extra de capital).
- Ojo, y el plan también afecta a la participación en Telefónica (5%).
- La salida lógica de Brufau consiste en crear un cuerpo accionarial, un núcleo duro de fondos de inversión.
- Lo que siempre resulta peligroso. Los fondos nunca se comprometen con nadie.
- Y Josu Jon Imaz lleva años 'enseñando la niña'.
En cuanto le preguntas por
Repsol a
Gonzalo Gortázar, vicepresidente de la petrolera y consejero delegado de
Caixabank, te habla de la buena evolución de la petrolera, una gran compañía. Y nadie lo pone en duda pero la pregunta no es esa. La pregunta es qué va a hacer Caixabank, tras el acuerdo Brufau-Faine sobre
Gas Natural Fenosa (GNF) con la participación del 10% que Caixabank (ojo, no
Criteria) posee en la petrolera.
El presidente de Caixabank,
Jordi Gual Solé, a preguntas de
Hispanidad, lo aclara: el plan estratégico de Caixabank habla de reducir inversiones de capital ("consumos de capital") en aquello que no es
cor business, es decir banca pura y, además, en segmentos bancarios muy concretos. Por tanto,
el 10% de Repsol en manos de Caixabank será vendido cuando, como asegura Gual, la acción responda, porque estamos hablando de "una empresa cotizada". Se lo traduzco: cuando las acciones de Repsol superen los 15,5 euros por título y Caixabank pueda hablar de
plusvalía.
Ahora mismo, los títulos de la petrolera que preside
Antonio Brufau cotizan a 13,6 euros pero también recuerda Gual que no hay prisa: tiene para cumplir hasta 2018, pues el actual
plan estratégico dura hasta el 31 de diciembre del próximo año.
Por cierto, el deseo de Caixabank de liberarse de sus
valores industriales y no trasladarlos a Criteria, afecta también a
Telefónica, donde posee un 5%.
Y luego está
Sacyr, que en enero de 2018 tiene que refinanciar el crédito con el que compró Repsol. Es entonces cuando tendrá que optar entre salir o seguir dependiendo, asimismo, de la
cotización de la petrolera. Con 10,7 euros por acción ya se cubriría la refinanciación pero ésta no puede durar eternamente. En otras palabras, el valor en libros de la participación del 8,5% de Repsol en manos de Sacyr es de 15,7 euros. Ese es el objetivo.
En resumen: si la acción de Repsol alcanza en unos años los 16 euros por acción, no lo duden, Caixabank vendería su 10% y Sacyr su 8,5%. Hablamos de un 18,5%, una
participación casi de control.
Y entonces, ¿quién formaría el núcleo duro de Repsol? Pues, seguramente,
fondos. Recuerden que
Temasek, el fondo soberano de Singapur, es accionistas de Repsol desde hace dos años, y ya supera el 6% del capital. Recuerden también, que otro fondo energético,
GIP, compró el 20% de Gas Natural a Repsol y a La Caixa (mitad por mitad).
En definitiva, la idea de Antonio Brufau consiste en que, cuando él se retire, en principio en 2019, el
núcleo duro de Repsol sean los fondos. O eso, o una operación corporativa. Pero Repsol no es una petrolera grande ni pequeña, es mediana. Ergo, mejor no meterse en fusiones.
En este sentido, no es baladí que el ceo de Repsol,
Josu Jon Imaz, lleve
vendiendo la niña a institucionales por todo el mundo y que se haya especializado en esta áspera tarea del
roadshow. Figúrense si será áspera que tiene que vender el juguete a 'yupis' que no saben ni quién eres ni qué fabricas.
Y un núcleo duro formado por fondos tiene su peligro. Por supuesto, o ¿es que se creen que los fondos se comprometen con algo o con alguien? Bueno, sí, se comprometen con el
beneficio y la
plusvalía. Especialmente con esta última.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com