• Busca el voto católico y el de las clases medias pero se burla de la familia y del salario mínimo.
  • Los 100 euros mensuales por hijo sólo se amplían a madres solteras.
  • Más le valdría pagar a toda mujer un salario maternal, tenga trabajo o no.
  • Lo bueno, pasito a pasito. Reduce las cuotas en sus 500 primeros euros, para contratos indefinidos.
  • El triunfalismo del presidente bate todas las marcas. Está claro que Arriola sigue mandando en Moncloa.
  • Su mensaje favorito: no podemos gastar lo que no tenemos, pero ha elevado la deuda pública del 68,5% al 98,5%.
  • Y lo más importante: no tiene la menor intención de cambiar.

Debate sobre el Estado de la Nación. Sube al estrado el Mariano Rajoy (en la imagen) más agresivo, triunfalista y engreído de toda la  legislatura. Nada de pedir perdón por todo el esfuerzo exigido a los españoles, con resultados más bien modestos. Nada de pedir perdón por todas sus promesas incumplidas, la más grave, sin duda, la reforma del aborto. La humildad no es propia de nuestro gallego: podría entenderse como debilidad.

Se suponía que este último debate de la legislatura iba a servir para que Rajoy recuperara el voto católico y de las clases medias, esos dos millones de sufragios que Carlos Floriano dice haber perdido respecto a 2012.

Pues no sé cómo lo va a conseguir. En primer lugar las esperadas nuevas ayudas a la familia, nada de nada. Solo ampliar a madres solteras -bueno, familias neoparentales- los 100 euros mensuales por hijo, que terminarán a edad temprana. El peor Mariano, el de la petulancia extrema, aseguraba que "yo podría decir que iba a dar repartir cheques entre los recién nacidos o que iba a duplicar el salario mínimo pero una cosa es decir y otra hacer… y volveríamos a la fosa".

Pues no parece, don Mariano. Alemania, por ejemplo, otorga 325 euros mensuales más un montón de ayudas a toda madre -ojo trabaje o no, no como en España- hasta que el niño cumpla 8 años de edad, por cada hijo a cargo. Además de un montón de ayudas para guardería, pañales, etc. Y no parecen demagogos.

Eso sí, Rajoy hace un gesto a la progresía: ayudas para familias monoparentales. Más le valdría pagar a toda mujer un salario maternal, tenga trabajo o no.

¿Duplicar el salario mínimo? Alemania y Francia más que duplican el salario mínimo español, mientras Reino Unido casi lo duplica. Y ninguno está en la fosa.

Cuotas sociales, el peor impuesto sobre el empleo. Rajoy promete que no cotizarán los primeros 500 euros de salario para contratos indefinidos. No está mal, desde luego, aunque sigue siendo el pasito a pasito propio del Gobierno actual: ¿para cuándo un cuotas por IVA de avance? Las cuotas empresariales es un impuesto llamado a desaparecer en el siglo XXI. O eso, o no sueñen con el pleno empleo.

Pasito a pasito: algo más de dación en pago y posibilidad de reestructurar deuda para las familias. Bueno, no está mal, pero una familia en dificultades quiere reducir deuda, no reestructurarla. Una familia no es un negocio

En cualquier caso, nada de pedir perdón a los españoles. Sí, les reconoce su esfuerzo pero nada más: es el Gobierno quien lo ha hecho de miedo y pobres de nosotros si no le votamos porque no podría consolidarse la salida de la crisis. Está claro que Pedro Arriola, un tipo humilde a fuer de modesto, de principios firmes, continúa mandando en Moncloa.

Todo el discurso de Rajoy en este último Debate sobre el Estado de la Nación de la legislatura se mantenía sobre un axioma: "No podemos gastar lo que no tenemos"… como hicieron ustedes los socialistas. Es verdad que el déficit público se ha embridado con Rajoy pero no debería jugar demasiado con la postura de deudor: Zapatero dejó la deuda pública sobre PIB en el 68,5%, cuando ahora está en el 98,5%. Y eso contando con la novedad histórica de aumentar el denominador gracias a la inclusión en el PIB de actividades económicas tan nobles como la prostitución o el tráfico de estupefacientes. Si no, ya habríamos superado el 100 por 100 de deuda sobre PIB.

En resumen, Rajoy no tiene la menor intención de cambiar. Podía haberse presentado como el padre disciplinado que se ha visto obligado a condenar al pueblo español a una legislatura de perros. Pero no, lo hizo por su bien y todos se lo debemos agradecer. No se sabe si un día antes o un día después de las elecciones.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com