La ley española de eutanasia ya ha dado su gran paso, casi último, hacia el BOE, sin apenas debate político y social. Es una ley del PSOE, apoyada por Podemos y por toda la llamada mayoría de investidura, más bien mayoría de la moción de censura: hablo del frente populismo creado por socialistas, comunistas, y separatistas de distinto signo.
En la ponencia del Congreso, el dictamen sobre la ley se ha aprobó por 22 votos a favor y 14 en contra. Ojo, entre los votos a favor figuran los del primer partido –de derechas, no de izquierdas- que presentó un proyecto de ley de eutanasia: Ciudadanos. Esto para quienes insisten en dividir el Parlamento entre derechas e izquierdas, según la distinción clásica, cuando hoy, el Parlamento, cualquier parlamento occidental, se divide entre progres y cristianos.
Como en el aborto, en el proyecto de ley de eutanasia la objeción de conciencia del médico es vulnerable
En el Congreso español, progres son todos y cristiano Vox… calificado por todos los demás como ultras (o sea, como católicos consecuentes), porque el cristianismo se ha convertido en “fascismo”, según la mentira progre al uso.
Ahora bien, en el caso de la eutanasia, lo cierto es que el PP de Pablo Casado se ha comportado decentemente. No sé cuánto le durará pero, por ahora, ha planteado la alternativa lógica, provida, frente a la eutanasia. La alternativa provida a la eutanasia se llama ‘cuidados paliativos’.
La progresía asegura que quiere acabar con las situaciones de dolor insoportable. Pues bien, eso no se soluciona con la eutanasia, que sólo es matar, sino mitigando el dolor, aunque esa mitigación pueda acortar la vida, al reducir las defensas del interesado. Los cuidados paliativos, no sólo no están prohibidos por la Iglesia, que condena la eutanasia sin paliativos, sino alentados por ella.
En cualquier caso, la cuestión de fondo en la eutanasia es que el débil molesta. Lo que significa que la eutanasia y sus mentiras anexas se han instalado con comodidad en la vieja Iberia.
Luego vendrá la eutanasia por dependencia -ancianos-, la infantil y la de los “diversos” (discapacitados)
Es más, en el proyecto de ley de don Pedro Sánchez y don Pablo Iglesias, la diarquía que gobierna y que manda en España, los matarifes actúan a domicilio. Te suicidarán en casa en un santiamén y a los miserables que se quieran librar de sus molestos padres… se lo pondrán en bandeja.
Mentiras de la eutanasia: en un primer momento, la muerte no la podrá decidir un tercero… pero aprendan de Holanda. Perdón, Países Bajos. Allí ya existen mil subterfugios legales para matar a los padres e incluso a los hijos menores, no digamos nada a los disminuidos, sin su consentimiento. Insisto, la idea que subyace a la eutanasia es que el débil molesta, resulta un incordio y hay que “matarle sin dolor”.
Y como en el aborto, la objeción de conciencia del médico es vulnerable. A preguntas de Hispanidad, el Gobierno defiende que se respetará la objeción de conciencia del médico que no quiera hacer de matarife, en una eutanasia que atenta directamente contra el juramento hipocrático. Pero, como en el aborto, la lista de médicos objetores no se publicitará y, sobre todo, se le plantearán al galeno situaciones irresolubles. Ejemplo: los que se presentan en Urgencias para un aborto o píldora abortiva de “emergencia”.
Naturalmente, como en el aborto, la depresión se convertirá en la causa más utilizada para ‘eutanasiar’
En resumen: una vez abierto el camino con este proyecto de ley de eutanasia, vendrá la eutanasia por dependencia -ancianos-, la infantil y la de los “diversos” (discapacitados). Igualito que en el aborto que introdujera el PSOE de Felipe González en 1985 y que significó el comienzo de la decadencia moral de España.
Naturalmente, también como en el aborto, el proyecto de ley de eutanasia del Gobierno sociopodemita está pensado para que la depresión se convierta en la causa más utilizada para ‘eutanasiar’. “Doctor, doctor: si sigo con el embarazo sufriré grandes depresiones”. Ahora, “Doctor, doctor, estoy muy deprimido: quiero acabar con todo pero sin sentir dolor”.
Para empezar, podrán ser los médicos quienes pidan directamente la eutanasia para pacientes sin uso de sus facultades, sin familia y que previamente hayan dado su consentimiento en el testamente vital, según el ABC. Eso será así al principio, pero recuerden el caso de la anciana holandesa a la que la médico eutanasió a pesar de que había mostrado señales de arrepentimiento. Al final, la doctora fue absuelta.
Y todo esto es bello e instructivo, porque la eutanasia constituye, a la vez, un pecado personal y un desastre social. Me explico: la perversión del suicidio asistido está en el adjetivo “asistido”. Con la eutanasia no sólo te suicidas sino que comprometes a un tercero en tu suicidio. Comprometes al ‘suicidador’ y, con él, a todo el sistema sanitario y a toda la sociedad.
Pecado personal y desastre social: la perversión del suicidio asistido está en el adjetivo. ¿Por qué no te suicidas tú solito?
Dicho de otra forma, ¿por qué no te suicidas tú solito, campeón? No, hay que comprometer a toda una sociedad entera para que se permita, y legalice, con toda la fuerza moral de la ley, descartar al débil. Y con ello, el eutanasiado incurre en pecado de orgullo, pues lo que está exigiendo es que la sociedad acepte mi suicidio como algo bueno y razonable ¿Que el orgullo no es patrimonio de ancianos, discapacitados y vulnerables? ¿Quién ha dicho eso? La soberbia muere 24 horas después de morir el sujeto. Y la eutanasia es, sobre todo, un acto de máximo orgullo.
Eso sí, sin dolor, en un acto de lo más humanitario… naturalmente.
Al fondo, las palabras de Tolkien: si no puedes dar la vida, no te apresures a otorgar la muerte.
La vida no sólo es un don de Cristo: es propiedad de Cristo. Pedro Sánchez e Inés Arrimadas lo ignoran. Son progresistas y el débil les molesta: exige cuidar de él. Un pestiño.