La verdad es que después del rescate de la aerolínea Plus Ultra -53 millones de euros para una empresa de 350 empleados y que apenas opera el 0,03% de los vuelos en España-, uno espera cualquier cosa. Hasta el rescate solicitado por Grupo Villar Mir tiene más sentido, aunque no cuente con el abogado Baltasar Garzón como sí hace la aerolínea.
Hablamos de entre 240 y 300 millones de euros solicitados a la SEPI para reflotar el Grupo cuyos activos principales son Ferroglobe, Inmobiliaria Espacio y Villar Mir Energía. De las tres, Ferroglobe (de la que posee el 53% y capitaliza 629 millones de dólares) es la más internacional. De hecho, concentra la mayor parte de su producción fuera de España, lo que nos lleva a la siguiente reflexión: ¿hasta qué punto la SEPI debe rescatar una empresa cuya carga de trabajo se concentra en el exterior?
La situación del Grupo es muy delicada con una deuda que ronda los 250 millones de euros. Menos mal que en los años de crecimiento, Juan Miguel Villar Mir atesoró una de las pinacotecas privadas más importantes de nuestro país, con cuadros de Zurbarán, Rubens y Goya. Menos mal, porque gracias a esa colección, Villar Mir ha podido saldar su deuda con el Santander, según Expansión y El Confidencial.
Es el declive de Villar Mir: a la jibarización del Grupo se suma el rescate a la SEPI y la entrega de obras de arte. El dictamen del Gobierno será clave. Y don Juan Miguel no es ‘progre’ como sí lo son los dueños de Plus Ultra.