El BBVA, el banco más digital del planeta, acaba de lanzar en España la hipoteca más barata y con menos vinculación del mercado. Una hipoteca ‘analógica’, claro está, que pasa del euríbor más 0,99% al euríbor más 0,89% -el diferencial más bajo del mercado- y reduce el tipo fijo inicial, del 1,99% al 1,89%. Además, ha quitado la comisión de apertura, que era del 0,25%, con un mínimo de 250 euros. El importe de la hipoteca debe ser inferior o igual al 80% del valor de la tasación y el plazo de amortización, 30 años ampliables a 40. No está nada mal.
Pero la cosa no termina ahí. Para acceder a esta financiación, los clientes no tienen que estar tan vinculados al banco como antes. Así, deben tener domiciliada la nómina, con un ingreso mínimo de 600 euros mensuales, y contratar dos seguros: el de vivienda y el de amortización del préstamo por un mínimo del 50% del importe del mismo. Y nada más.
De estas manera, el segundo banco español desata la guerra por captar al cliente hipotecario en un momento en el que el sector inmobiliario apunta a la recuperación. Y en un momento en el que el elevado precio de los alquileres empuja a muchos a replantearse la compra de una vivienda.