La demagogia de Pedro Sánchez Pérez-Castejón ha batido todas las marcas este miércoles 5 de febrero. Naturalmente, desde Bruselas o desde cualqueir otro foro internacional, donde más le agrada estar. Allí no le hacen preguntas molestas y si se las formulan se da la vuelta y a otra cosa. En esos foros actúa como estadista.
No olvidemos que la capital comunitaria ha inventado la rueda de prensa de pie, muy cómoda para el interpelado e inútil para los medios informativos.
Así, desde Bruselas, y ante las protestas de agricultores y ganaderos que tenían lugar en Madrid, Sánchez arremetió contra los Carrefour, Corte Inglés, Mercadona o Alcampo. Y no lo hizo en defensa del pequeño comercio fagocitado por los grandes, que hubiera resultado más acertado, sino en presunta defensa del sector agrario: “las grandes superficies deben hacer autocrítica”. Uno diría que la autocrítica más esperada es la del Gobierno.
Si obligas a Mercadona a subir los costes, Mercadona subirá los precios al cliente o reducirá el salario de los empleados. Y puede ser una opción… pero ocultarlo es demagogia
Lo que faltaba. Ahora resulta que la culpa de la pobreza del agricultor y ganadores españoles la tiene Carrefour, porque les fuerza precios bajos.
Veamos, de entrada, más del 80% de la producción agraria española es para la exportación. Y ahí las grandes superficies influyen pero, por ejemplo, la mayor gran superficie española, Mercadona, influye poco, porque no está sino en España y Portugal.
Más bien, el que influye es el Gobierno quien, como apuntó acertadamente Pablo Casado (Casado de vez en cuando acierta) se dedica a hacerse el progre con países como Estados Unidos y Reino Unido, importantes mercados para la exportación agraria española.
Otra mentira del Ejecutivo, iniciada por el ministro “de los Agricultores”… que le apostrofan, Luis Planas, y secundada por Sánchez: el Gobierno no puede fijar precios. Fijarlos propiamente dicho no, pero sí puede orientarlos, de forma directa y a través de la Política Agraria Común (PAC). De forma directa con política de fijación de precios mínimos o participando en la llamada “cadena de consumo”. Un detalle, dado que la punta de lanza de la protesta agraria son los olivareros: el Gobierno Rajoy estuvo a punto de entrar en el capital de Deoleo, mayorista del aceite de oliva español, y no le dio la gana. El PSOE ni se lo ha planteado. Y mira que Deoleo está tirado en bolsa.
En cualquier caso, el Ejecutivo sí puede hacer lo que hacen todos los países agrarios europeos, en especial Francia e Italia: apoyar la promoción -y esto cuesta mucho dinero- de nuestros productos alimentarios en el exterior. Ejemplo: para que el pequeño propietario agrario español conquiste un mercado como el norteamericano, debe asociarse pero, aún así, necesita el apoyo de la promoción pública española… que es mínima comparada con la francesa e italiana.
Si el SMI perjudica al campo y a los matrimonios jóvenes, que necesitan alguien que cuida de los niños, la solución es subir el SMI y no cobrar cuotas
Más demagogia, Sánchez se sitúa a la cabeza de la manifestación de protesta agrícola y, además de la ‘mesa del diálogo y el cachondeo' (como ya le llaman en la patronal ASAJA), negociará con las grandes superficies para obligarles a pagar más a los agricultores. La verdad es que las grandes superficies no exprimen a los agricultores sino a la industria agroalimentaria, pero da lo mismo: si el Gobierno obliga a -por ejemplo- Mercadona a subir los costes, Mercadona subirá los precios al cliente o reducirá el salario de los empleados. Y no digo que no sea una opción a lo mejor es un opción. A lo peor las grandes superficies tienen que subir los precios al cliente para no hundir a sus proveedores… pero en entonces debes aclararlo, amigo Sánchez: lo de ahora es pura demagogia y puro engaño.
Otro aspecto que también es cosa del Gobierno, situado ahora al frente de la manifestación en un ejercicio de hipocresía difícilmente igualable: sí el Salario Mínimo Interprofesional perjudica al campo (y a los matrimonios jóvenes que necesitan alguien que cuida de los niños) la solución más justa consiste en subir el SMI… y no cobrar las cuotas sociales de ese SMI. Esto es la gota que ha colmado el vaso de las peticiones agrarias.
En resumen, la demagogia del Gobierno Sánchez ha generado una hipocresía de tal calibre que empieza a crear un escenario peligroso: el escenario del mentiroso que se cree sus propias mentiras Y esto es bello e instructivo, porque, en ese momento, se habrá superado la hipocresía para caer en la plena idiocia.