- Los altos precios del aceite comprometen la mejora de márgenes que esperaba.
- En el lado amable, la liquidez suficiente para ampliar la base de proveedores.
- Son algún pro y sobre todo contras de la rebaja del rating de S&P, que la bolsa penaliza con una caída del 4,7%.
- Y a todo eso se unen las dudas sobre la gestión del fondo CVC, mientras el Gobierno sigue al margen.
La aceitera
Deoleo, controlada por el fondo británico
CVC, sufre este jueves una penalización del 4,7% en
bolsa tras la rebaja de la calificación crediticia por
Standard & Poor's. Vuelve así al nivel de los 0,2 euros por título, nada que ver con los 0,39 euros que pagó CVC en la OPA de diciembre de 2014.
Las razones para la rebaja (a B desde CCC ) están en los altos
precios del aceite de oliva durante este año, lo cual compromete el crecimiento esperado por la empresa. La agencia aprecia, no obstante, los niveles de liquidez, adecuados para su actividad habitual, y añade a la nota la perspectiva estable.
El impacto es limitado porque el bono ya tenía la consideración de especulativo (
bono basura).
El plan estratégico de la empresa que preside el italiano
Pierluigi Tosato contemplaba entrar en beneficios en los próximos dos años, y eso es lo que queda en entredicho ahora por los elevados precios de la
materia prima.
Deoleo confiaba para ese reto en la mejora en los márgenes, no en el volumen -con la búsqueda de mercados más rentables-, pero con los precios actuales, difícil. Ya lo está notando, de hecho, por la competencia en los mercados de España e Italia.
En lo que va de año, Deoleo acumula unas
pérdidas de cinco millones, con una caída del 15% en el
Ebitda (20,4 millones).
La situación de Deoleo, compleja durante todo este año desde el punto de vista corporativo, se complica por la gestión de un fondo de riesgo, con un
objetivo de desguace, al tiempo que el Gobierno, paradójicamente,
opta por seguir al margen a pesar de tratarse de un mercado como el aceite, marca estratégica nacional, y líder de mercado marcas como
Bertolli,
Carapelli,
Carbonell,
Hojiblanca o
Koipe.
Rafael Esparza