- Ni la fiscalidad que afecta al sector y que suponen 3.000 millones de euros al año.
- Compromiso con España: creará 2.000 empleos, entre directos e indirectos, en los próximos dos años.
- Está bien, pero en abril cerró un ERE de 435 trabajadores.
Antes de ser nombrado
consejero delegado de Orange España,
Laurent Paillassot se hizo cargo -desde septiembre de 2014- del área de Cliente y
Mobile Banking de Orange. Antes de aterrizar en el grupo francés, trabajó en el banco Crédit Lyonnais, en GE Money Bank, filial de General Electric Consumer Finance, en la caja de ahorros Caisse d'Épargne Financement y en el grupo
Paribas. Es decir, liberalismo cien por cien.
Pero eso de ser liberal no siempre conviene. Por ejemplo,
a la hora de defender el sistema de subastas. A Paillassot no le gusta como sistema para adjudicar los
derechos del fútbol y ha pedido este miércoles, durante su intervención en el XXX Encuentro de Telecomunicaciones y Economía Digital, organizado por
Ametic, que se cambie porque fomenta la especulación, es decir, se compran por encima de su precio real y, al final, los clientes pagan un precio, incluso, inferior al real.
En el fondo,
Paillassot tiene razón. Telefónica reventó el mercado cuando pagó 2.400 millones de euros por
La Liga y la Champions. Ahora bien, también es cierto que si el fútbol no fuera tan importante para las
telecos, no se daría la actual guerra de precios entre los operadores.
El Ceo de
Orange España tampoco está de acuerdo con la fiscalidad que afecta al sector.
Paillassot argumenta que, además de los impuestos habituales, las telecos deben afrontar más de 20 tasas distintas que suponen unos 3.000 millones adicionales cada año. "Sería necesario que en la próxima legislatura se organizase el pago de tasas del sector con una unificación y una centralización de los pagos", ha señalado. Para él, sería óptimo tener un régimen parecido al que tiene
Telefónica con el fijo desde 1987.
El otro asunto central de su ponencia:
el compromiso de Orange con España. La prueba, los 20.000 millones de euros que lleva invertidos -1.000 millones este año- y los 2.000 empleos, entre directos e indirectos, que creará en los próximos dos años. No está mal, pero
cuidado, no vaya a ser que los 20.000 millones incluyan los 6.400 que pagó, en 2005, por Amena, la red móvil del grupo Aúna.
Algo similar ocurre con la creación de empleo. En abril de este año,
Orange cerró un ERE voluntario que afectó a 435 empleados. ¿No estarán sustituyendo trabajadores con contratos 'caros' por otros nuevos mucho más 'baratos'?
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com