El desastre de Manuela Carmena se traduce en que atascos, baches, contaminación, hojas y suciedad invaden Madrid. La alcaldesa de la capital ha complicado el tráfico y el trabajo de Correos al aplicar el escenario 2 del nuevo protocolo de contaminación, que reduce la velocidad y prohíbe la circulación por la M-30 y su interior a todos los vehículos que no tengan las etiquetas ambientales de la DGT.
Los atascos son uno de los principales problemas de la ciudad y medidas como la nueva Gran Vía, el menor número de carriles para coches o la reducción de la velocidad en el 85% de las calles no han sido de ayuda. Este miércoles, además, se sumaba el agravante de que había escenario 2, que sobre todo ha causado complicaciones en el sur y en los accesos, según Madridiario, y una intensa niebla a primera hora de la mañana. Y todo ello, a pesar de que dicho escenario prohíbe la circulación a un 35% de los vehículos.
Desde el 29 de noviembre, Correos ha vendido 380.390 etiquetas ambientales (o sea, más de 1,9 millones de euros ingresados), que no serán obligatorias hasta el 24 de abril
Respecto a los baches, conviene destacar el tramo del Paseo de Extremadura y otras vías radiales que parten del anillo de la M-30 hacia el exterior. En el Paseo de Extremadura los conductores de la EMT llegaron a plantear un conato de huelga por los problemas cervicales que les causaban los socavones. Y es que Carmena, a diferencia de otros alcaldes desde la época de José María Álvarez del Manzano, no se ha caracterizado precisamente por ser una entusiasta de la ‘operación asfalto’, habituales en Madrid todos los veranos.
Con la puesta en marcha de su ‘proyecto estrella’, Madrid Central, no ha reducido la contaminación sino que ha tenido que activar el nuevo protocolo… y no sólo el escenario 1, también el 2. El próximo jueves, con la llegada de las lluvias, parece que Carmena dará un respiro, pues las precipitaciones ya complican bastante la circulación, especialmente en los túneles: ha desactivado el protocolo de contaminación. Por lo tanto, por ahora, no veremos el escenario 3, que amplía la restricción del 2 a toda la ciudad.
Conviene destacar que la aplicación del escenario 2 ha incrementado el trabajo de Correos, donde muchos conductores se han dirigido a comprar la famosa etiqueta ambiental de la DGT: ya han vendido 380.390 desde el pasado 29 de noviembre, a razón de cinco euros cada una, la cifra ingresada ya asciende a más de 1,9 millones de euros, hasta ahora. Una etiqueta que, por cierto, no será obligatoria hasta el 24 de abril de 2019. Y, además, ha habido multas de 90 euros para los conductores que no han respetado la prohibición de circular establecida en el escenario 2.
El contrato de limpieza no contempla una campaña especial de recogida de hojas si la capa no supera los 10 centímetros de espesor, y ojo, llegan las lluvias
Carmena y compañía recomiendan usar el transporte público, aunque en este no es oro todo lo que reluce. La EMT ha reforzado con 55 autobuses su servicio, pero Metro no ha incrementado su número de trenes y también vive días de paros parciales por la huelga de maquinistas. Y, por cierto, la apertura del túnel del suburbano entre las estaciones de Gran Vía y Sol (programada para entre marzo y abril) podría retrasarse tras los hallazgos (restos de la estación original) un par de meses, por lo que es más que posible que no llegue a tiempo para las elecciones municipales y autonómicas.
Mientras, las hojas campan a sus anchas, aumentando la suciedad de la capital, sobre todo, en los barrios (el centro es otra cosa). Estas hojas son un peligro para los peatones y más si hay lluvias, pues pueden provocar resbalones y caídas. El contrato de limpieza no contempla una campaña especial de recogida entre noviembre y enero, como informa Madridiario, es más, considera que las hojas no son un residuo, salvo que se acumulen formando una capa de más de 10 centímetros de espesor.