Estimados lectores, no me resulta nada extraño que la editora de la histórica cabecera de la prensa nacional ABC y de otros importantes diarios regionales, haya elegido la casi nocturnidad para presentar los resultados obtenidos al cierre del tercer trimestre del ejercicio. Y es que las cifras no son para menos ya que Vocento continúa incrementando pérdidas y alcanza los 14,1 millones de euros (M€) negativos, 3 más que el acumulado del pasado trimestre y 10,5 más que el mismo periodo de 2019.
¿Motivo? Pues ya lo vimos en el pasado trimestre: el impacto de la pandemia, principalmente en dos de los epígrafes de su cuenta de resultados. Los ingresos de explotación continúan a la baja con 241,5M€, que representan un 15,1% menos que en 2019, con unas ventas de publicidad de 95,8M€, que significan un 19% menos que en 2019, pero aún con una bajada del 10% en los contratos, inferior al registrado en resto del mercado que ha sido del 12,6%. Las ventas por ejemplares (88,0M€) también descienden un 1,9% respecto al pasado ejercicio. Intuyo que este apartado de ingresos hubiese mejorado de formas sustancial en esta situación de emergencia si la digitalización de ABC hubiese estado más adelantada, pero hasta el mes de octubre no se ha comercializado su edición digital. Veremos cómo afecta a su resultado, teniendo en cuenta que la implantación de este modelo en las otras cabeceras ha reducido en un 42% el margen de difusión.
No quisiera ni imaginarme qué hubiese sido del resultado de Vocento si los gastos de explotación, ex amortizaciones, no continuasen reduciéndose. A finales del trimestre suponían ya casi 34M€, un 12,9% menos que en el pasado ejercicio y donde destacan los 21M€ menos en servicios exteriores y los 8,6M€ de gastos de personal, con un ERTE que llegará hasta final de año. Así, el Ebitda de los nueve meses es de 11,6M€, un 43,5% inferior al registrado en el 2019.
La otra partida que afecta negativamente y de una forma importante al resultado es la de deterioros de los fondos de comercio, que han registrado 3,4M€ más que en 2019 como consecuencia de los 3M€ en “Las Provincias” ya realizada en junio, y otros en la división de contenidos.
El resultado financiero (-2M€), muy similar al registrado en 2019 (-1,9M€), no refleja aún el crecimiento en 17,5M€ de la deuda financiera que se sitúa en 90M€ (+24,1%). Ojo, de ellos, 65,9M€ son a corto plazo, un 49,9% más que en 2019, y recogen 21,6M€ de arrendamientos. La generación de caja ordinaria del semestre ha sido de 7,4M€ mientras que la del pasado ejercicio fue de 17,1M€
La situación económica como consecuencia de la crisis sanitaria está añadiendo presión suplementaria a la ya delicada situación de las históricamente ‘grandes’ de la comunicación y para tratar de paliarla algunas, como PRISA, han tenido que desprenderse de joyas antes intocables como la Editorial Santillana. Parece que Vocento, a falta de su Santillana, se ha desprendido de parte de su esencia periodística optando por el cambio en su línea editorial y cargando la crisis en las espaldas de su accionariado cancelando recompras de acciones y con suspensiones de dividendos. Aún así, su deuda financiera continúa creciendo, lo que puede denotar de forma más o menos clara una incapacidad de generar negocio y además negocio rentable, lo que está arrastrando a una desconfianza del mercado que sesión tras sesión le está dando la espalda. Así, en lo que llevamos de ejercicio el valor que inició en una cotización de 1,24€ se encontró al cierre del jueves en 0,65€, casi un 50% menos de valor y sin visos de parar en su carrera a la baja.
Esta situación tiene daños colaterales al arrastrar a otras sociedades del sector como Henneo, la editora del Herado de Aragón y 20 Minutos, a dotaciones extraordinarias por el deterioro de su participación en Vocento.
En cualquier caso, la defenestración definitiva de la familia Luca de Tena y el mando total para los vascos, familias Ybarra y Bergareche, no parece enderezar el rumbo del grupo editorial. Y eso sí que es grave.