The Walt Disney Company ha ascendido a CEO a Bob Chapek, actual responsible de Parques, Experiencias y Productos del grupo, y por tanto, el promotor de los desfiles del Orgullo LGTBI en los parques temáticos. Chapek lleva 27 años trabajando en la factoría de Mickey Mouse y ahora releva a Bob Iger, que seguirá como presidente ejecutivo hasta diciembre de 2021 para facilitar la transición.
Iger ha sido CEO durante los últimos 15 años y ha creado un gigante mundial del entretenimiento, gracias a las compras de Pixar, Marvel, Lucasfilm y 21st Century Fox. A esto se une el fuerte impulso del streaming, con el lanzamiento de Disney+, que se suman a los servicios de Hulu y ESPN+, para competir con Netflix, HBO, Amazon y Apple. Una gran apuesta de entretenimiento (animación en dibujos y en acción real, superhéroes y Star Wars, sobre todo) donde saca tajada de la ideología de género y del ateísmo. Y en esto, con el ascenso de Chapek no se prevén cambios.
Disney sigue fielmente el pensamiento políticamente correcto del NOM: ideología de género (feminismo y homosexualismo), panteísmo y ocultación de Dios
La que antaño era la multinacional de la inocencia creando contenidos para niños ahora opta porque estos no sean una propuesta inocente, sino adoctrinamiento. Y es que sigue fielmente el pensamiento políticamente correcto que impulsa el Nuevo Orden Mundial (NOM), es decir: ideología de género (feminismo y homosexualismo), panteísmo y por supuesto, a Dios ni citarle: Dios no existe. Además, no hay que olvidar que Qatar es accionista desde marzo de 2016. Y precisamente, contra el adoctrinamiento, CitizenGO ha abierto una recogida de firmas y quiere hacerse oír en la próxima Junta de Accionistas.
Disney es una compañía ‘gay friendly’ y así se puede ver, por ejemplo: en su propio desfile del Orgullo, en la serie televisiva Andi Mack apareció el primer personaje gay (tras una pequeña alusión en Frozen 1, con el dueño del almacén de la montaña, el errante Oaken y su familia saludándole desde el spa); en la serie televisiva de Star vs. Las Fuerzas del Mal apareció el primer personaje bisexual; y este año llegará a los cines, Jungle Cruise, la primera película con protagonista gay, y también se podrá ver al primer protagonista LGTBI de Disney Pixar en Onward, como recogió Fotogramas. Además, el presidente de Marvel Studios, Kevin Feige, dejó entrever que un personaje transgénero llegaría a la casa de los superhéroes, según NBC.
Conviene recordar que la factoría de Mickey Mouse no se atrevió a que en Frozen 2, Elsa tuviera novia, y prefirió insistir en el feminismo, como en la primera. Esta última supone también un ejemplo de que en Disney se oculta a Dios, pues se prohibió la palabra Dios, algo que también se vio en la película biográfica Tolkien, donde se marginó el catolicismo del autor de El hobbit, El Señor de los Anillos y El Silmarillion). Sin embargo, gusta mucho el panteísmo (El Rey Léón, Pocahontas, Avatar, entre otras).
En la factoría de Mickey Mouse faltan ideas: se apuesta por clásicos animados en versión de acción real y se siguen explotando las sagas de La Guerra de las Galaxias, superhéroes, Avatar e Indiana Jones
Unos contenidos que no sólo reflejan adoctrinamiento, sino también falta de nuevas ideas. Desde que Disney fue creada en 1923 ha realizado muchas películas inspiradas en cuentos de diversos autores (los hermanos Grimm, Hans Christian Andersen y Giambattista Basile, entre otros). Esta falta de ideas queda aún más patente en la apuesta por clásicos animados en versión de acción real: tras el éxito de La Bella y la Bestia, han llegado títulos como El libro de la selva, Dumbo, Aladín o El Rey León, entre otros, y se sumarán más próximamente (Mulán, La dama y el vagabundo,…). Asimismo, se apuesta por películas dedicadas a los villanos de sus clásicos (Maléfica 2: la amante del mal o Cruella) y se siguen explotando las sagas de La Guerra de las Galaxias, superhéroes, Avatar e Indiana Jones.
En los resultados del primer trimestre (octubre-diciembre 2019) de su ejercicio fiscal 2020, quedo patente el éxito de Disney+: se lanzó en noviembre y ya tiene 26,5 millones de abonados. El beneficio neto cayó un 23%, hasta 1.981 millones de euros, una tendencia a la baja que también se vio en el conjunto del ejercicio 2019, mientras los ingresos continuaron en ascenso (+35%), hasta 19.181 millones. De esta facturación, 6.801 millones (+8%) procedieron de parques temáticos; 6.759 millones (+24%) del área de televisión; y 3.461 millones (+106%) de los estudios cinematográficos gracias a Frozen 2 y al último capítulo de Star Wars.