Edmundo Bal Francés es –era– el responsable del Departamento de Penal de la Abogacía del Estado. La ministra de Justicia, Dolores Delgado, le ha cesado, oficialmente “por pérdida de confianza” Lo cierto es que Bal Francés, se ha encarado con la ministra en el caso del Procés catalán, donde Sánchez siempre ha soñado con ser el pacificador de Cataluña, mientras la Abogacía del Estado considera que hay que aplicar la ley. Durante su última comparecencia ante los medios tras la reunión del Consejo de Ministros, Dolores Delgado tuvo que soportar hasta cuatro preguntas de los plumillas sobre el malestar en la Abogacía del Estado con el Ejecutivo.
Oficialmente, se trata de una pérdida de confianza
En concreto, y como director de Departamento de Penal, Edmundo Bal elaboró un informe en el que se declaraba partidario de apoyar al juez Pablo Llarena, acosado por los separatistas en los tribunales belgas. Como es sabido, aunque ella siempre lo ha negado, Delgado quiso mirar a hacia otro lado para contentar a los independentistas pero, ante el clamor que se levantaba, se vio obligada a contratar un bufete para defender al juez Pablo Llarena en los tribunales belgas.
El sectarismo del Gobierno Sánchez dispara el malestar en la Abogacía del Estado
Y, en general, hablamos de las diferencias de un Gobierno que pretenden contemporizar con los separatistas catalanes (tras el rifirrafe entre Borrell y Rufián, a lo mejor menos) y una abogacía del Estado que pretende aplicar la ley.
Y lo peor es eso: que el sectarismo del Gobierno Sánchez ha provocado, por primera vez en cuarenta años de democracia, un malestar creciente entre los miembros de la Abogacía del Estado.