El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez envió a la unidad de antidisturbios al Valle de los Caídos el pasado domingo 29 de septiembre para vigilar -y registrar coches sospechosos- a los feligreses que iban a misa de 11 en la basílica. Hizo lo correcto. Sabemos que los católicos son ultras fanáticos, terroristas en potencia. ¡Bien por el moderado Sánchez!
Los agentes se emplearon a fondo. Así, en la bifurcación entre el aparcamiento para los fieles que acuden a misa y el monasterio de los Benedictinos, dirigidos por el peligroso fascista y prior del Basílica, Santiago Cantera y el sacerdote que, por pura casualidad oficiaba la Eucaristía.
Es la consigna más profunda de Pedro el maravilloso: católico = ultra. Pero no hubo altercados en Cuelgamuros: ¡Lástima!
Está claro que, en esas condiciones, Pedro Sánchez debía enviar a unidades de élite de la Guardia Civil, a lo mejor entre los coches registrados había algún explosivo, nunca se sabe…
Y es que todo el numerito sobre la exhumación del cadáver de un hombre muerto hace 42 años sólo intenta demostrar la equiparación, producto de la mente poderosa del inquilino de Moncloa, entre un católico y ultra.
De hecho, los terminales informativos de Moncloa, con el grupo PRISA y RTVE a la cabeza, ya no distinguen entre católico y ultra, entre católico y fascista: son la misma cosa. Una vez que se logra, de tanto repetirlo, introducir la equiparación, cualquier creyente es considerado un extremista fuera de la realidad y tan fanático como un islámico, claro que sí.
Pedro Sánchez está mostrando toda su valía al enfrentarse a un cadáver de hace 42 años. Bueno, y a los fieles que van a misa
Con la gente que reza nunca se sabe. Seguramente, el Gobierno progresista de Sánchez sospechaba que los feligreses que acudían a misa a la Basílica del Valle pudieran cometer algún atentado terrorista.
Estamos ante la consigna más profunda de 'Pedro el maravilloso': católico=ultra. Pero no hubo altercados en Cuelgamuros: ¡Lástima!
Y dicho todo lo anterior, hay que ser un poquito miserable para enviar a los antidisturbios contra los asistentes a una Eucaristía.
Pero sólo un poquito. A fin de cuentas, Pedro Sánchez está mostrando toda su valía al enfrentarse a un cadáver de hace 42 años. Bueno, y a los que van a misa.
Por cierto, que este lunes el Tribunal Supremo ha despejado el principal escollo para exhumar los restos de Franco porque considera que la obra para levantar la losa no necesita licencia municipal al haber sido acordada por el Gobierno. Una decisión que contrasta con la tesis del juez de Madrid que paraliza la licencia.