La Fiscalía de la Audiencia Nacional rebaja su acusación contra el ex mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero de un delito inicial de rebelión a uno de sedición por el que pide una condena de 10 años de prisión, en lugar de 11 años, como solicitaba inicialmente. Incluso, plantea como alternativa una condena por desobediencia, delito que conlleva penas de multa e inhabilitación, pero no de cárcel, informa RTVE.
La decisión de retirar la acusación por el delito de rebelión va en consonancia con la sentencia del 'procés' y además de a Trapero, beneficia a los otros dos acusados por ese delito y que también se enfrentaban a 11 años de cárcel: el exdirector de los Mossos Pere Soler y el ex secretario general de Interior César Puig -segundo del exconseller Joaquim Forn, condenado a 10 años y medio por sedición-.
De este modo, el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo, ha reducido su petición de pena para estos tres acusados dejándola en 10 años por sedición o como alternativa 10 meses de multa a una cuota de 200 euros diarios por desobediencia e inhabilitación para cargo público. Mientras que para la tercera acusada, la intendente de los Mossos Teresa Laplana, ha mantenido su petición de cuatro años por sedición o cinco meses de multa e inhabilitación por desobediencia.
Para la Fiscalía, los cuatro acusados fueron "pieza clave" durante el otoño de 2017, "dentro del ámbito de sus respectivas competencias", para "impedir o dificultar gravemente el cumplimiento de las órdenes emanadas por los Tribunales de Justicia" contra el referéndum ilegal del 1-O y el plan secesionista ideado por los líderes independentistas condenados por el Supremo en la sentencia del ‘procés'.
De esas dos posibilidades para Trapero -10 años de prisión por sedición; o multa e inhabilitación por desobediencia-, ¿qué elegirán los jueces?
¿La sospecha? Pues que se pretende optar por la opción más suave para Trapero, no vaya a ser que se enfaden los indepes catalanes.