Duro Felguera ha tenido unas pérdidas de 125,183 millones de euros en los nueve primeros meses de 2020, casi 35 veces superiores a las del mismo periodo del año anterior (-3,602 millones)… Mientras tanto sigue esperando la respuesta de la SEPI a la petición de rescate y negociando con la banca acreedora.
La reacción bursátil ha sido negativa: la cotización de la ingeniería asturiana ha bajado un 3,77% este martes, frente a un Ibex que ha subido un 1,96%. Recuerden que a finales de agosto pidió 100 millones a la SEPI, solicitud que amplió el pasado diciembre en 20 millones, alcanzando un total de 120 millones. Según El Confidencial, la SEPI lo habría aprobado, pero el Consejo de Ministros no ha dicho nada al respecto y fuentes de la compañía han señalado a Hispanidad que no les consta nada de esto y que siguen en negociaciones hasta la fecha.
Este “apoyo público temporal al Fondo de Apoyo a la Solvencia para Empresas Estratégicas”, como recoge el hecho relevante remitido a la CNMV (ver documento adjunto), sería a través de varios instrumentos: suscripción por el Fondo (o sea, la SEPI) de una ampliación de capital por 30 millones, un préstamo participativo por 70 millones y un préstamo ordinario por 20 millones. “En la actualidad el expediente de la solicitud se encuentra en periodo de análisis por parte de SEPI como entidad encargada de la instrucción del procedimiento”, se puede leer en el hecho relevante.
A las pérdidas se suma un Ebitda negativo de 111,892 millones hasta septiembre, frente al positivo de 11,279 millones del mismo periodo del año anterior, por el impacto negativo de la crisis del Covid-19
Un apoyo que se enmarca dentro de una reestructuración global de Duro Felguera, que incluye una refinanciación de la deuda sindicada de 85 millones y la obtención de una línea revolving de avales por 100 millones. Ambos aspectos se siguen negociando actualmente, como ha señalado la propia ingeniería, y como también han confirmado fuentes de la banca acreedora a Hispanidad.
Paralelamente, Duro Felguera acaba de extender un nuevo ERTE y ha bajado el sueldo de directivos, también ha abierto un proceso de captación de inversores privados y ya ha recibido ofertas de cuatro potenciales inversores (entre ellos, Blas Herrero y Jesús Martín Buezas). Eso sí, ha subrayado que sin el apoyo de la SEPI “podría llegar a tener graves dificultades para mantenerse en funcionamiento”.
Volvamos a los resultados. A las pérdidas citadas se suma un Ebitda negativo de 111,892 millones hasta septiembre, frente al positivo de 11,279 millones del mismo periodo del año anterior, por el impacto negativo de la crisis del Covid-19. Por su parte, las ventas se han desplomado un 64,9%, a 111,471 millones y la contratación se ha reducido un 26,5%, a 63,8 millones, cerrando septiembre con una cartera de contratos de 328,3 millones. La deuda financiera neta se ha situado en 40,75 millones, con una deuda bruta de 92,1 millones y una posición de tesorería de 51,3 millones.