Parece que E.On no brilla, pues ha desplomado su beneficio neto un 86%, hasta los 387 millones de euros en el primer semestre, por la caída de precios en Reino Unido. Pero además ha seguido elevando su deuda, que se ha situado en 20.201 millones, por encima de los 16.580 millones del cierre de 2018 así como de los 18.853 registrados entre enero y marzo, y superando ya su capitalización bursátil (entre los 19.900 millones y los 20.000 millones).
Por tanto, la energética alemana continúa perdiendo valor en bolsa, pues ya se ha depreciado un 30% desde el 9 de mayo de 2014, cuando la capitalización ascendía a 28.584,3 millones. Pero no es la única energética europea que se mueve a la baja en este aspecto, también lo hace la francesa EDF, mientras que por el contrario, Enel e Iberdrola cada día valen más en el parqué.
Volviendo a las cifras semestrales, E.On ha reducido también su beneficio operativo un 69,4%, hasta los 1.014 millones. Sin embargo, ha logrado mejorar la facturación un 5%, alcanzando los 16.089 millones, gracias al incremento en el negocio con renovables y al mantenimiento en el de redes de distribución. Por su parte, el de suministro energético a clientes bajó por “la difícil situación en el mercado británico”, según el director financiero de E.On, Marc Spieker, dado que el regulador ha establecido nuevos límites máximos a los precios, pero han reaccionado “con nuevos productos atractivos y una clara gestión de costes”.