E.On ha reducido a la mitad (un 52% en concreto) su beneficio neto hasta septiembre, que se ha situado en 1.002 millones de euros, pese a que los ingresos siguen disparados, pues han aumentado un 85%, a 43.314 millones. “La adopción de medidas oportunas y previsoras nos ha permitido y seguirá permitiéndonos limitar el impacto de la pandemia”, ha señalado el director financiero, Marc Spieker, y “nos da la confianza para confirmar plenamente nuestros objetivos a medio plazo y nuestra guía de dividendos”.
La energética alemana ha relajado levemente el aumento de su elevada deuda, que asciende a 42.092 millones, al subir un 8% en lugar de un 11% como hizo en el primer semestre respecto al cierre del año pasado. Sin embargo, esta cifra sigue superando con creces la capitalización bursátil (25.000 millones), es decir, que E.On debe mucho más de lo que vale.
La compra de Innogy eleva la deuda, pero también contribuye a que los ingresos del negocio de redes crezcan un 83% y los del área de clientes se dupliquen (+103%)
Tanto en el aumento de ingresos como en el de la deuda ha tenido mucho que ver la compra de Innogy (división de renovables y redes de RWE), que ya se ha completado: E.On espera obtener unas sinergias de 740 millones a partir de 2022 y de 780 millones a partir de 2024. Innogy ha contribuido a que la cifra de negocio haya ascendido a 43.314 millones y dentro de esta, a que el negocio de redes haya crecido un 83%, a 13.032 millones, y el área de clientes se haya duplicado (+103%), hasta 34.346 millones. Además, las ventas de energía se han disparado un 145% y las de gas, un 149%.
Por su parte, el Ebitda ajustado de la energética alemana se ha situado en 4.966 millones (+33%) y el Ebit ajustado en 2.688 millones (+22%). Al cierre del primer semestre, rebajó sus previsiones anuales a un Ebit de entre 3.600 y 3.800 millones, y un beneficio neto ajustado de entre 1.500 y 1.700 millones. Y ahora, a la vista de los resultados de los nueve meses, las ha confirmado. Además, prevé que el fondo de recuperación europeo de 750.000 millones representa oportunidades de crecimiento para la energética alemana.