- El Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana ha emitido un comunicado para aclarar que las opiniones de Assange no representan la posición del Estado ecuatoriano.
- Y le ha recordado a su incómodo huésped de su embajada en Londres "su obligación de no realizar declaraciones o actividades que pudieran afectar las relaciones internacionales del Ecuador".
- Como las que se mantienen con España, con quien se comparten "lazos históricos y culturales", así como "vínculos basados en el respeto mutuo, la amistad entre sus pueblos y la cooperación bilateral".
Ecuador le ha parado los pies al fundador de
Wikileaks, Julian Assange, quien ha vuelto a comprometer al país que le da asilo al inmiscuirse en asuntos de política internacional. El Gobierno de Ecuador le ha pedido esta vez que
no se entrometa en la crisis catalana y se ha desmarcado de sus declaraciones de apoyo. El
Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana ha emitido un comunicado para aclarar que las opiniones de Assange no representan la posición del Estado ecuatoriano, informa
El País.
"Ecuador reafirma su adhesión a los principios que rigen las relaciones entre todas las naciones,
especialmente el respeto a la integridad territorial, soberanía e independencia de los Estados, así como el de no intervención en los asuntos internos de ningún país y el derecho de todos los Estados, en tanto miembros iguales de la comunidad internacional, de resolver sus diferencias sin injerencias extranjeras", ha puntualizado el Gobierno, para después ratificar que el llamado al orden a Assange
no condiciona la protección que le concedió en 2012 el Gobierno de Rafael Correa mientras permanezca en la Embajada del país en Londres.
El Ejecutivo de
Lenín Moreno ha reafirmado su compromiso con el asilo diplomático concedido hace cinco años cuando el fundador de
Wikileaks se refugió en territorio consular ecuatoriano de las autoridades que le perseguían por un presunto delito de abuso sexual en Suecia. Un caso que ya está archivado.
La renovación de su protección responde al
compromiso de Ecuador con "los principios y normas previstos en el derecho internacional y en la normativa nacional sobre asilo". Sin embargo, a finales de septiembre, el presidente ecuatoriano comentó en una entrevista que Assange "quizá" estaba "sobrepasando" su condición de asilado y ya entonces le pidió que no se entrometiera en cuestiones de política nacional o internacional.
Ahora, es Madrid quien protesta tras el respaldo que el activista mostró a los líderes secesionistas catalanes a partir de la declaración unilateral de independencia de Cataluña.
Además,
el ciberactivista se reunió en la Embajada el pasado 9 de noviembre con Oriol Soler, un ideólogo clave en el desafío secesionista y también ha dado videoconferencias en las que se ha pronunciado a favor de la independencia de Cataluña.
Según el comunicado de Exteriores, Assange "se ha comprometido formalmente a observar una conducta que sea compatible con la voluntad del Estado ecuatoriano",
ante el aviso de las autoridades ecuatorianas de "su obligación de no realizar declaraciones o actividades que pudieran afectar las relaciones internacionales del Ecuador", como las que se mantienen con España, con quien se comparten "lazos históricos y culturales", así como "
vínculos basados en el respeto mutuo, la amistad entre sus pueblos y la cooperación bilateral".
Ecuador ya ha solicitado al Reino Unido que emita un salvoconducto para que el australiano pueda salir de la Embajada y viajar a territorio ecuatoriano, pero
este se ha negado hasta ahora a moverse por miedo a ser detenido a petición de Estados Unidos.
El año pasado, el Gobierno ecuatoriano tuvo que cortar la conexión de Internet a la que tenía acceso Assange para evitar que también se inmiscuyera en las elecciones presidenciales entre el republicano
Donald Trump y la demócrata
Hillary Clinton.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com