¿Y si resultara que la llegada a la Unión Europea de la ley Celaá supusiera que se concretará allí en qué consiste la libertad educativa? Es decir, ¿y si los organismos europeos especificaran que, por ejempo, son los padres quienes deben educar a sus hijos? ¿Qué haría entonces la ministra de Educación con su famosa frase: los hijos no son de los padres? Quizá este escenario sí llegue a plantearse antes o después.
Y es que, desde que en enero de este año Más Plurales llevarau batalla contra la ley que más rechazo social ha generado en España a Europa y de que, posteriormente, Foro de la Familia invitara a escribir a eurodiputados contra la Lomloe, Europa ha entrado en juego en la batalla por la educación en España.De hecho, la portavoz comunitaria de Educación, Sonya Gospodinova dejó claro que: "los padres deben tener la posibilidad de asegurarse de que la educación que se les da a los niños corresponde a sus convicciones religiosas y a sus visiones filosóficas y educativas". son los padres, no el Estado, quienes educan a sus hijos. Y es en este punto donde la nueva norma educativa se podría volver contra una Celaá que ha enarbolado la bandera del diálogo para, finalmente, imponer una ley que, recordemos, no sólo ataca a la concertada- en su mayoría religiosa- vulnera la libertad educativa de los padres, elimina la demanda social o promociona la ley del mínimo esfuerzo.
Si bien es cierto que -tal como publica ABC- «una resolución del Parlamento Europeo no implicaría una derogación de la Lomloe, ni de su contenido más problemático, no obstante, sí tendría una gran legitimación política y podría tener efecto en distintos sentidos. Por ejemplo, podría ser utilizada por la Comisión en negociaciones con España. Otro ejemplo sería la gran estocada a la 'ley Celaá' que podría justificar en un futuro su derogación. Un último efecto, sería su uso como una fuente que podría inspirar criterios interpretativos, o de diseño en futuras legislaciones».