El presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó el miércoles a las agencias de inteligencia de los Estados Unidos que le informen en los próximos tres meses sobre si el COVID-19 surgió por primera vez en China de una fuente animal o de un accidente de laboratorio. Las agencias deben “redoblar sus esfuerzos para recopilar y analizar la información que podría acercarnos a una conclusión definitiva, e informarme en 90 días”, dijo Biden en un comunicado difundido por la Casa Blanca, recoge Infobae.
La declaración de Biden marca un cambio de rumbo rotundo. En diversas oportunidades, la administración Demócrata expresó repetidamente su escepticismo por la hipótesis de la fuga de laboratorio. Sin embargo, desde hace semanas esa sospecha comenzó a crecer tras varios reportes científicos.
Por su parte, Xavier Becerra, secretario de Salud y Servicios Humanos de de la Casa Blanca señaló en la reunión anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que una más acabada preparación para la próxima pandemia requería de un estudio más completo de los orígenes de la actual del COVID-19. “La fase dos del estudio de los orígenes de coronavirus debe iniciarse con términos de referencia transparentes, basados en la ciencia y que brinden a los expertos internacionales la independencia para evaluar completamente la fuente del virus y los primeros días del brote”, subrayó este martes Becerra, recoge Infobae.
En diversas oportunidades, la administración Demócrata expresó repetidamente su escepticismo por la hipótesis de la fuga de laboratorio
Precisamente, una de las principales críticas que se hace de las investigaciones que realizó la OMS sobre los orígenes de la pandemia radica en la poca transparencia y colaboración que el régimen chino aportó a sus delegados, que viajaron especialmente a Wuhan para conocer en detalle qué pudo haber pasado durante las últimas semanas de 2019.
Desde un comienzo, el régimen conducido por Xi Jinping se mostró molesto por diversas hipótesis que colocaban al Instituto de Virología de Wuhan como el posible epicentro de donde se había filtrado el virus que ya se cobró la vida de millones de personas en todo el mundo. En las últimas semanas, diversas voces se han alzado para permitir una mayor investigación sobre ese laboratorio. Entre ellas figura la de Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y una de las mayores autoridades sanitarias de los Estados Unidos, añade Infobae.
Pekín contraatacó y desplegó su maquinaria propagandística para golpear a Fauci. “No, no estoy convencido acerca de eso. Creo que tenemos que continuar investigando qué pasó en China hasta que descubramos con las mejores de nuestras habilidades exactamente qué sucedió. Ciertamente, los investigadores dicen que seguramente emergió de un reservorio animal y de allí infectó a seres humanos, pero pudo haber sido de otra forma la irrupción, y debemos averiguarlo”, había señalado el sanitarista.
Este jueves, la prensa oficial china reaccionó con enfado ante esas declaraciones. La idea de una fuga en el Instituto de Virología de Wuhan -casi descartada por la OMS- ha recobrado fuerza en los últimos días en los Estados Unidos y en todo el mundo, luego de la prensa publique informes de inteligencia que sostienen que investigadores chinos sufrieron síntomas compatibles con el COVID o con enfermedades estacionales en noviembre de 2019, concluye Infobae.