Hispanidad publicó recientemente que Naciones Unidas ha dado un paso importante para agilizar el proceso de ilegalización de la Iglesia católica.
La oficina de DD.HH. que dirige Michelle Bachelet ha enviado un cuestionario a grupos LGTB para que identifiquen a políticos, líderes religiosos y organizaciones de todo el planeta que de alguna manera se hayan opuesto a la agenda LGTB.
La oficina de DD.HH. de la ONU da por hecho que los que se oponen de alguna manera a la agenda LGTB están en contra de los DD.HH., por lo que deben ser identificados para más tarde ser castigados. Este último paso aún no lo han anunciado, pero sólo será cuestión de tiempo que lo hagan. De momento, los identifican.
Pero es que en EEUU ya se prepara el siguiente paso, es decir, el del castigo. Porque recientemente se presentó en la Cámara de Representantes de Estados Unidos la Ley de Igualdad, que según la conferencia de obispos de Estados Unidos (USCCB), incluye un castigo a quienes, se opongan a sus postulados, recoge Infocatólica de CNA.
Las escuelas religiosas y las organizaciones benéficas podrían «enfrentar una sanción federal por operar de acuerdo con la biología básica y la enseñanza bíblica convencional sobre el sexo y el matrimonio»
Ryan Anderson, presidente del Centro de Ética y Políticas Públicas, estuvo de acuerdo en que el proyecto de ley «perseguiría a quienes no adopten las nuevas ideologías sexuales y de género». Las escuelas religiosas y las organizaciones benéficas podrían «enfrentar una sanción federal por operar de acuerdo con la biología básica y la enseñanza bíblica convencional sobre el sexo y el matrimonio», dijo.
Anderson dijo que el proyecto de ley privilegia a «los hombres que se identifican como mujeres» sobre la seguridad de las mujeres. «Si este proyecto de ley se convierte en ley», dijo Anderson, los hombres que se identifican como mujeres transgénero «tendrían el derecho civil de pasar la noche en un refugio para mujeres maltratadas, desvestirse en un vestuario de mujeres y competir en un equipo deportivo de mujeres, incluso niños». en las escuelas públicas K-12, añade Infocatólica.
Afirmó que si el proyecto de ley se convirtiera en ley, «el Papa Francisco sería tratado como el equivalente legal de un segregacionista Jim Crow» debido a su oposición a la ideología transgénero y la redefinición del matrimonio.
Cabe recordar que el actual presidente Joe Biden -que se autodefine como católico- elogió la Ley de Igualdad, instó al Congreso a aprobarla rápidamente y dijo que proporcionaría «protecciones de los derechos civiles federales muy atrasadas», además de «codificar el coraje y la resistencia del movimiento LGBTQ+ en una ley duradera».
Joe Biden elogió la Ley de Igualdad e instó al Congreso a aprobarla rápidamente
Biden, quien en 2016 ofició una boda entre personas del mismo sexo, también promocionó su orden ejecutiva del 20 de enero sobre «Prevención y lucha contra la discriminación por motivos de identidad de género u orientación sexual». La orden estableció la política de su administración de reconocer las protecciones federales de los derechos civiles para la orientación sexual y la identidad de género, explica Infocatólica.
El proyecto de Ley de Igualdad, presentado por el demócrata David Cicilline, reconocería la orientación sexual y la identidad de género como clases legales protegidas en una variedad de áreas que incluyen vivienda, educación y espacios públicos. Los críticos han advertido que erosionaría la libertad religiosa y consagraría la redefinición del matrimonio y la ideología de género en la ley, requiriendo que las personas y los grupos confirmen la «igualdad» LGBT y la ideología transgénero independientemente de sus creencias religiosas. «En lugar de respetar las diferencias de creencias sobre el matrimonio y la sexualidad, la Ley de Igualdad discriminaría a las personas de fe», advirtió la USCCB en una guía para votantes, apunta Infocatólica.
El proyecto de ley, advierten la conferencia y otros críticos, defenderá la ideología transgénero al exigir que «las niñas y mujeres compitan contra niños y hombres por oportunidades limitadas en los deportes, y que compartan vestuarios y duchas con hombres biológicos que se identifican como mujeres».
El proyecto de ley también podría obligar a los médicos a realizar cirugías de transición de género. Los grupos pro-vida también han dicho que la ley podría expandir los abortos al considerar la negativa a realizar abortos como una «discriminación por embarazo» ilegal, concluye el mismo medio.