- Rebaja una décima el crecimiento del PIB en 2016, hasta el 2,7% desde el 2,8%, tres décimas menos que la previsión del Gobierno Rajoy.
- Para 2017, pronostica un crecimiento del 2,3%.
- La economía española creció el 0,7% durante el primer trimestre del año.
- La inflación se situará en una tasa del -0,1% para 2016 por los bajos precios del petróleo.
El
Banco de España calcula en su
boletín económico de marzo que el
déficit público se situará en el 4,4% del PIB en 2016, hasta 1,6 puntos porcentuales por encima del objetivo comprometido para este año (2,8%).
Precisamente, ayer el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas en funciones,
Cristóbal Montoro, detalló que el déficit público de 2015 fue del 5,16% del Producto Interior Bruto (PIB), casi un punto por encima del 4,2% pactado con Bruselas. Lo cual cabreó... a Bruselas.
También rebaja una décima su previsión de crecimiento del PIB en 2016, hasta el 2,7% frente a la proyección del 2,8% que realizó en diciembre del año pasado. También avanza su pronóstico para 2017 y lo sitúa en el 2,3%. La entidad dirigida por Luis Linde prevé que «en el próximo bienio continúe la fase expansiva» pero advierte de que lo hará «a un ritmo algo menor».
Además, el Banco de España ha confirmado que la economía española creció el 0,7% en el primer trimestre del año, lo que supone una desaceleración de una décima respecto al último trimestre de 2015, cuando avanzó un 0,8%.
El recorte de las previsiones se explica por la ligera revisión a la baja en el crecimiento mundial, la apreciación del tipo de cambio efectivo del euro y el descenso en las cotizaciones bursátiles.
La entidad advierte de que este escenario favorable presenta unos riesgos que han empeorado «apreciablemente» en los últimos meses y que en el ámbito doméstico tienen que ver con las dudas sobre si las futuras políticas económicas incidirán negativamente en las decisiones de gasto de empresas y familias, sobre todo si la incertidumbre política actual se prolonga.
Asimismo,
explica que la desaceleración prevista en la inversión empresarial se debe al debilitamiento de los mercados exteriores y el fortalecimiento del euro. Finalmente, se espera que la demanda de las Administraciones Públicas modere su crecimiento en contraste con el elevado incremento mostrado en 2015..
Por lo tanto, el
Banco de España constata una «desaceleración gradual de la actividad ya visible al inicio del año» y augura una recuperación de la economía en 2017 «en línea con los mercados de exportación». En opinión de la entidad central, este peligro solo se evitará si se da prioridad al proceso de reducción del déficit público, «esencial para mantener la confianza», y si se persevera en la aplicación de reformas estructurales que reduzcan las vulnerabilidades de la economía y permitan mejorar su capacidad de crecimiento.
Por otro lado, la entidad central rebaja sus previsiones de inflación en ocho décimas, hasta una tasa del -0,1% para 2016 por los bajos precios del petróleo. Sin embargo, los precios comenzarán a repuntar en la segunda parte del año, hasta registrar un incremento medio del 1,6% en 2017.
En el mercado de trabajo, la entidad dirigida por
Luis Linde prevé que se continuará creando empleo ambos años a tasas elevadas en comparación con el crecimiento del PIB, en un entorno en el que los costes laborales aumentarán de forma muy moderada. Esta situación permitirá que la tasa de paro se sitúe ligeramente por encima del 18% a finales de 2017.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com