- Como miembro del Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña proyectará la imagen de ese "país" en el mundo.
- Carles Vilarrubí, responsable de Relaciones Internaciones e Institucionales del club, es amigo de Artur Mas.
- Vilarrubí es el marido de la poderosa Sol Daurella, también fichada por el Diplocat.
- El exfutbolista culé Xavi Hernández es otro colaborador de la diplomacia catalana.
- Pero el Diplocat no es más que el uso de la sociedad civil para un proyecto político… ilegal.
Hace tres semanas, se presentó el
Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña (Diplocat), el último invento de los dirigentes de la Generalitat, que viene a ser un 'Ministerio de Asuntos Exteriores'. Entre sus
miembros, está el
Fútbol Club Barcelona, por tanto, también se ha unido al
independentismo catalán.
A partir de ahora, el club culé deberá proyectar la imagen de su "
país", como lo califica por ejemplo el consejero de Asuntos Exteriores de la Generalitat,
Raül Romeva, en el mundo. Todo ello para que
Cataluña gane "capacidad de incidencia internacional". Sin embargo, (mal que les pese) sólo es una de las 17 autonomías que forman España y muchos (entre ellos la UE) le cerrarían las puertas si triunfa la secesión.
Pero el hecho de que el
Barça esté en el Diplocat no es casualidad.
Carles Vilarrubí, vicepresidente segundo y responsable de
Relaciones Internaciones e Institucionales del club, es amigo de
Artur Mas. Además, las esteladas y los gritos de "Cataluña independiente" no son desconocidos en el
Camp Nou.
Vilarrubí
también ha metido en el Diplocat a su mujer, la poderosa
Sol Daurella, que es la presidenta de la 'megaembotelladora' europea de Coca-Cola. La empresaria catalana es una de las
39 personalidades que ayudarán a proyectar la imagen de Cataluña en el mundo. Junto a ella encontramos, por ejemplo, al exfutbolista culé
Xavi Hernández, que tantas veces vistió la camiseta de la Selección Española, ganando incluso
dos Eurocopas y un Mundial.
Pero conviene subrayar que el Diplocat no es más que el
uso de la sociedad civil para un proyecto político… ilegal, por cierto. Y es que la independencia de Cataluña va contra la Constitución, aunque muchos parecen olvidarlo y prefieren dejarse llevar por la deriva de unos pocos.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com