Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido de la Gran Bretaña, le ha doblado el pulso a la reina Isabel II -del Reino Unido de la Gran Bretaña- y ha cerrado hasta el 15 de octubre el Parlamento británico. Así se evita la posibilidad de que Westminster apruebe cualquier tipo de acuerdo con Bruselas sobre el Brexit. Todo muy democrático.

¿Y para qué ha hecho esta majadería el bueno de Boris? Pues verán, Johnson cierra Westminster pero no el acuerdo con Europa. Lo hace para conseguir una ruptura, no total, aunque lo parezca, pero sí barata. Es decir, ¿ves, Bruselas, como voy en serio? Cierra el Parlamento hasta el 15 de octubre, apenas 15 días antes del 31 de octubre, fecha de salida, en la noche de los muertos, como corresponde a los hechos. Muy propio de un niño rico y gamberro, como es Johnson.

Para ello, el primer ministro le ha doblado el pulso a la reina y ha cerrado el Parlamento

Por tanto, Bruselas, o bien me abaratas la salida –que de eso se trata- o ruptura total y cada cual que se las arregle como pueda, Irlanda del Norte incluida.

Ahora, la única posibilidad de evitar un Brexit duro es que Bruselas ceda. Vamos que renuncie a los 43.000 millones de euros que Londres debería pagarle. Pero ceder a un chantaje de este calibre resulta vergonzoso hasta para Bruselas.

Ahora, la única posibilidad de evitar un Brexit duro es que Bruselas ceda

¿Y todo esto es importante? Más o menos, aunque sí hay algo grave: el Brexit sin acuerdo todavía puede evitarse, el estancamiento del proyecto europeo, no. ¿Por qué? Pues porque a los europeos les está ocurriendo con los ingleses lo mismo que a los españoles con los separatistas catalanes: ya no les aguantan. Y esto sí es grave, muy grave.