En un mismo día, jueves 6 de septiembre, el caso Banco Popular ha dado un vuelco. En los tribunales y por doble vía. La primera porque un juez de la Coruña ha ordenado que se devuelvan algo más de 4.000 euros a dos clientes que invirtieron en acciones del Popular.
Su Señoría acaba de abrir la caja de Pandora, lo que más teme el Banco Santander. Porque resulta que, si cundiera el ejemplo del juez gallego y acaba sentando jurisprudencia, habría que devolver a los accionistas los 1.300 millones de euros que valía el Popular (de obligacionistas hablaremos luego).
La acción del juez gallego es lo que más teme el Santander. Podría crear seguidores y, a la postre, sentar jurisprudencia: 1.300 millones de euros
Además: se vendría abajo todo el sistema creado por la alemana Elke König (en la imagen) para liquidar bancos en Europa, un sistema sobre el que existen dos opciones que ambos bandos callan: unos piensan que es una estafa y los otros, que es un desastre.
Pero el día era joven y entonces hemos conocido que el magistrado de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu (en la imagen), ha llamado al director financiero del Popular... no fuera a ser que las cuentas estuvieran mal. Para ser exactos, ha admitido a trámite una querella en este sentido.
En otro, el juez Andreu arremete contra la cúpula del Popular, que podría pasar de tonta a mala
Ya saben que los banqueros que quiebran se dividen en malos y tontos. Por ahora, nadie ha puesto en duda la bonhomía del equipo Ron: podían ser tontos, pero no malos. Pues ojo, porque Andreu parece que considera que hubo dolo en el director financiero. De momento le ha llamado a capítulo.
Y entonces, puede suceder que los mismos que dijeron que las cuentas del Popular eran correctas (BCE y Banco de España) digan ahora que no lo eran. Con ello volverá a emerger la paradoja de los reguladores: digo que inspeccioné mal las cuentas porque ahora confieso que eran incorrectas… cuando fui yo quien las inspeccionó.
Y mientras, el CEO del Santander omite cualquier dolo: simplemente, el Popular necesitaba capital
En cualquier caso, estamos hablando de una querella de una asociación de pequeños accionistas contra el exdirector financiero del Popular, Javier Moreno.
Pero, ante la primera decisión judicial tiembla el BCE y tiembla el Santander, nuevo dueño del Popular. Por la segunda, tiembla el equipo rector del Popular, que presidía Ángel Ron y luego Emilio Saracho.
Mientras, el consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, hablaba en el Congreso de los diputados en la tarde del jueves 6 sobre... el Banco Popular y, miren por donde, resulta que el nuevo primer ejecutivo del Popular no ve dolo en el equipo directivo de Ángel Ron. O sea, que discrepa del magistrado Fernando Andreu. Eso sí, dice don José Antonio que el Popular no estaba capacitado para realizar la ampliación de capital que precisaba y que, por ello, fue el Santander quien se vio obligado a amplicar capital por 7.000 millones de euros. Pero, cachondón, esos 7.000 millones no fueron para el Popular, sino para el propio Santander.