El ultimo lunes de junio comenzaba con el ya expresidente de El Corte Inglés Dimas Gimeno, interponiendo una demanda contra el último Consejo de Administración que le cesó como presidente.
Ahora, las hermanas Marta y Cristina Álvarez Guil dan un paso más y plantean destituirle también como consejero durante la Junta del próximo mes de agosto.
Mientras, el ya ex, Gimeno, ha impugnando su cese como presidente: la batalla judicial ha comenzado
Y pueden hacerlo, recuerden que Dimas Gimeno posee cerca de un 3% de las acciones de El Corte Inglés pero dentro de Inversiones Isidoro Álvarez SA (IASA)… donde las hermanas Marta y Cristina Álvarez Guil poseen las dos terceras partes del capital. Por decirlo de otra forma, el expresidente poco tiene que hacer por esa vía. Los derechos políticas de sus acciones, así como las de su madre y su tío César (en total, un 7,5% de ECI) corresponden a Marta y Cristina Álvarez Guil que poseen las dos terceras partes del capital de IASA.
Su sucesor, Jesús Nuño de la Rosa, aún no ha explicado su programa
Y el asunto no acaba ahí. No hay negociación alguna abierta. Y las hermanas Álvarez Guil no se conforman con haber cesado a Gimeno (aunque es cierto que lo consiguieron por unanimidad): ahora buscan su cese como consejero de El Corte Inglés, lo que está previsto para el último domingo de agosto, fecha de la Junta General de la empresa.
Y ojo, a Dimas Gimeno le queda su puesto más firme: cuatro años más como vocal del Patronato de la Fundación Ramón Areces (37% del capital). De ahí, en principio, nada dicen los Estatutos sobre cómo echarle. Además, mover el Consejo del Patronato de la Fundación es más complicado que el de una sociedad anónima.
¿Negociaciones? No existen
La batalla judicial no ha hecho más que empezar. No hay negociación alguna pendiente entre las partes así que es probable que el asunto se extienda al eje de la cuestión: la herencia de Isidoro Álvarez.
Por otra parte, su sucesor en la Presidencia de ECI, Jesús Nuño de la Rosa, aún no ha planteado su plan de negocio. Viniendo de la casa, se le podía exigir más premura.