- Es el momento idóneo, dado que las familias Areces y Álvarez andan enfrentadas.
- Por no hablar del enfrentamiento de ambas familias con la viuda e hijas adoptivas de Isidoro.
- Lasaga pretende dar el golpe mexicanizando la empresa, para compensar la entrada del peligroso jeque de Qatar… a quien también trajo él.
- Según el presidente de la Fundación Areces es para salvar la compañía, pero lo cierto es que le consagraría como mandamás, a sus 82 años.
- Don Florencio busca caballeros blancos con sus amigos mexicanos, de la mano de Carlos Fernández González.
- Más mexicanos. Carlos Slim iba a invertir, pero quería mandar. Isidoro se negó. Ahora en El Corte Inglés buscan de nuevo al ingeniero.
- Y en el entretanto, Lasaga no cede el control de la empresa al presidente, Dimas Gimeno.
- Lo peor de todo: El Corte Inglés no necesita capital, necesita beneficios.
Se llama
Carlos Fernández González es un potentado mexicano con dos vertientes profesionales: la de cervecero y la de financiero. La primera en el Grupo Modelo, el de la famosa
Coronita; la segunda como consejero de
Santander México y como socio de referencia de la financiera mexicana
Finaccess Sapi, además de consejero de Televisa. No olvidemos que el Santander es el principal acreedor de
El Corte Inglés, además de poseer el 51% de la Financiera. Y tampoco olvidemos que las relaciones entre Álvarez y
Emilio Botín no son las mismas que las de
Dimas Gimeno -o Florencio Lasaga- con
Ana Botín.
Un personaje oblicuo este Fernández González, que, unido al también mexicano grupo Liverpool, hizo negocios en el pasado con El Corte Inglés. Claro que, por aquel entonces, quien mandaba en El Corte Inglés no era Lasaga sino Álvarez y quien mandaba en esos negocios
eran los españoles y no los mexicanos. Eso sí, Lasaga les cuidaba con mimo cada vez que venían a Madrid.
Recuerden también que
Florencio Lasaga fue quien, siempre vía México, hizo que Isidoro Álvarez y
Carlos Slim contactaran. Y se entendían bien, pero cuando al hombre más rico del mundo se le pidió que entrara en el capital de El Corte Inglés respondió lo que siempre responde: sí, de acuerdo, pero mandando yo. Fuese y no hubo nada.
Eran otros tiempos:
Isidoro Álvarez no estaba dispuesto a ceder el mando; hoy, Florencio Lasaga parece empeñado en ello. Con sus amigos mexicanos o con el propio
Carlos Slim. Es la diferencia entre Isidoro, que era propietario, y Florencio, que siempre ha sido un empleado. Asegura
Lasaga que la entrada de capital mexicano en los grandes almacenes serviría para equilibrar la entrada del peligroso jeque catarí
Hamad Bin Jassim Al Thani, pero hay que tener en cuenta dos cosas: al jeque Al Thani también le trajo Lasaga con ayuda de intermediarios y, sobre todo, muy perjudicial para los grandes almacenes y que sólo beneficia al jeque especulador.
Segundo y más importante:
El Corte Inglés no necesita capital, lo que necesita son más ingresos para reducir deuda y volver al beneficio. Repito: no necesita capital, necesita beneficios.
Pero para otros, por ejemplo para el archiadversario de Lasaga y de su sosias, Martínez Echevarría, es decir, para
Juan Hermoso, que hoy manda bastante poco tras haber perdido la batalla a la muerte de Álvarez,
lo que pretende Lasaga es destronar a la familia fundadora, Areces y a la añadida lateral, Álvarez, aprovechando el actual enfrentamiento que mantienen entre ellas y
al que nos referíamos en nuestra anterior edición.
Es el momento idóneo, porque a ese enfrentamiento entre las familias Álvarez y Areces hay que añadir el enfrentamiento de ambos clanes con la viuda e
hijas adoptivas de Isidoro, Marta y Cristina Álvarez Guil, propietarias del 15% del capital y a quien Lasaga dice representar.
Por de pronto las utilizó para mantenerse al frente de la
Fundación Areces contra
Dimas Gimeno Álvarez, es decir, que Lasaga habla en nombre del 37% del capital (Fundación) y del 15% de las hermanas Guil, al menos por el momento.
Y mientras maniobra con sus amigos mexicanos, Florencio Lasaga
no cede el control de la empresa a su presidente oficial, Dimas Gimeno. Le deja hacer en el día a día pero tiene que consultarle todo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com