El desastre en Deoleo no mengua sino todo lo contrario, se desparrama como el aceite al que se dedica, tal y como se ha visto en la Junta de Accionistas. En 2018, tuvo un Ebitda de 15,4 millones de euros y unas pérdidas de 291 millones. Eso sí, planea triplicar su resultado bruto de explotación hasta los 55 millones con un plan estratégico “muy ambicioso”, según el presidente-CEO, Ignacio Silva.
En una causa de disolución de una empresa, lo lógico es que el propietario aporte más capital, pero CVC no está por la labor
Algo que resulta difícil de creer con la situación que atraviesa la propietaria de marcas como Bertolli, Carbonell, Carapelli, Hojiblanca o Koipe, que perdió 7,5 millones en el primer trimestre, y los problemas no han terminado. Los accionistas minoritarios han amenazado con ir a los tribunales por la reducción de capital en 137,7 millones aprobada por la Junta para salir de la situación de quiebra técnica. Y es que en causa de disolución, lo lógico es que un propietario aporte más capital, pero CVC no estaba por la labor y el Gobierno sigue mirando hacia otro lado, a pesar de que el aceite es un producto estratégico para la economía española.
Y el Gobierno sigue mirando hacia otro lado, a pesar de que el aceite es un producto estratégico para la economía española
Ahora la gran pregunta es cuánto durará Silva, pues es el tercer presidente y CEO, en poco más de tres meses. Recuerden que el italiano Pierluigi Tosato fue cesado el 27 de febrero, aunque sigue con silla en el Consejo como vocal independiente: le sustituyó el español Miguel Ibarrola, quien dimitió cuatro semanas después. Silva llegó el 12 de abril desde la multinacional de refrescos japonesa Suntory Schweppes, donde llevaba desde 2011 y en la que su último tarea había sido ser responsable del negocio en el sur de Europa hasta el pasado diciembre.