- En el último ejercicio 2015. Es decir, más del doble que en 2014 (cuando percibieron 15 millones de euros).
- Y en plena crisis, cuando la empresa se precipitaba en preconcurso de acreedores.
- El próximo Consejo de Administración, más reducido, entierra la vieja Abengoa.
- También acaba la política de remuneraciones desproporcionada de la etapa Benjumea.
Abengoa reúne la próxima semana a su Consejo de Administración, el último antes de la junta extraordinaria del 22 de noviembre, en el que quedará enterrada la
vieja Abengoa. La derivada es crucial, no sólo porque arranca una empresa de nuevo cuño y perímetro de negocio más reducido -la
nueva Abengoa-, sino por lo que implica también para acabar con la etapa de despilfarro que supuso la presidencia de
Felipe Benjumea.
La energética andaluza no sólo tendrá menos consejeros; también pasará capítulo en su
política de remuneraciones. En 2015, las remuneraciones a los doce consejeros -entre fijo y variable- fueron de 32 millones de euros -ahí es nada-, más del doble que un año antes, 2014 (15 millones).
Así consta en Informe anual de 2015, en el que se recoge la
política de remuneraciones de la sociedad para 2016, al que ha tenido acceso Hispanidad. Ojo, no daría para más si no se precisa a renglón seguido que es en ese periodo cuando estalla la
crisis del grupo energético. Y ahí se detallan todas las retribuciones (variables a corto y largo plazo y por otros conceptos, como por la pertenencia a comisiones del Consejo). En la resultante están las
retribuciones totales, para ser precisos, de 32,123 millones en 2015 frente a los 15,757 millones de 2014.
Han sido doce meses de suspense inquietante, entre una quiebra histórica y la supervivencia. El desenlace ha terminado este mismo mes con la homologación judicial del plan de reestructuración, tras el
visto bueno del juez sevillano de lo Mercantil.
El Consejo de la vieja Abengoa se verá ahora reducido a siete miembros. Entre los antiguos -los todavía actuales- figuran como consejeros ejecutivos el presidente
Antonio Fornieles y el consejero delegado
Joaquín Fernández de Piérola Marín (en la imagen, de izquierda a derecha).
Entre los consejeros independientes externos sobresalen dos. Uno de ellos es el socialista
José Borrell Fontelles, que ha frustrado en carrera política en el empeño. Es consejero desde 2009 y presidió las
Comisiones de Nombramientos y Retribuciones, de Estrategia y de la Auditoría, donde se supervisan las cuentas. Ya ha anunciado que dimitirá, aunque no será imputado en el caso.
Ese proceso,
por la vía civil, sigue abierto, sigue abierto contra
Felipe Benjumea y contra el ex consejero delegado
Manuel Sánchez Ortega. La razón está en las cuantiosas indemnizaciones que recibieron (11,5 y 4,5 millones, respectivamente) tras su salida de Abengoa.
El otro consejero independiente que sobresale es
Ricardo Martínez Rico, ex secretario de Estado de Presupuestos y presidente de la consultora
Equipo Económico. Y de ahí la polémica que saltó a la opinión pública. La consultora fue fundada en 2006 por
Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda desde 2012, aunque se desmarcó de la sociedad en 2008. El jefe de gabinete del ministro, sin embargo, es
Felipe Martínez Rico, hermano del anterior, lo que ha dado mucho de sí.
Otros consejeros independientes externos son
Alicia Velarde Valiente,
Mercedes Gracia Díez y
Ricardo Hausmann.
Por último, los consejeros dominicales externos son
Ignacio Solís Guardiola,
José Joaquín Abaurre Llorente y por la sociedad Inayaba,
Ana Abaurrea Aya.
Consejo de la nueva Abengoa
El nuevo Consejo de Abengoa que saldrá de la junta extraordinaria se reduce a siete.
Gonzalo Urquijo, el
hombre elegido por la banca, será el único con carácter ejecutivo.
Los otros seis, de carácter independiente, son
Javier Targhetta (presidente de Atlantic Copper),
José Luis del Valle (
presidente de Lar España), Manuel Castro (fundador de GRC), Ramón Sotomayor Jáuregui (ceo de Thyssenkrupp);
José Wahnon Levy (consejero en Ezentis y Dexia Sabadell) y
Pilar Cavero Mestre (socia de honor del despacho Cuatrecasas).
Rafael Esparza