El Gobierno venezolano quiere restablecer sus relaciones con España. El mensaje de Nicolás Maduro para Mariano Rajoy llegará en forma de carta, enviada por el viceministro de Exteriores, Yván Gil. Así lo adelantó el canciller Jorge Arreaza tras los contactos mantenidos en Bruselas, dejando claro desde el principio que fue España quien "dañó la relación", informa El Mundo.
El objetivo de la misiva sería "restablecer las relaciones diplomáticas" conforme al respeto del derecho internacional público. "Para que volvamos a abrir espacios de diálogo y podamos dentro de lo posible, si así fuera posible en ese proceso de diálogo, normalizar la relación diplomática con España", explicó el canciller revolucionario. "Venezuela, con mucha nobleza, quiere recuperar (las relaciones) con España. De esperar que España hiciese un gesto nos íbamos a quedar esperando", se quejó Arreaza. Y es que el Gobierno de Rajoy no ha movido un solo centímetro su posición política, que incluye el desconocimiento de las elecciones presidenciales del 20 de mayo.
"En base al respeto todo es posible, yo no me meto en los asuntos internos de España, en su crisis social, en la crisis económica, en la crisis de Cataluña (...) sé mucho de España, pero bastante de España, no me meto en la situación ¿por qué el gobierno de España se tiene que meter en la situación de Venezuela?", añadió el ‘diplomático’ presidente venezolano Nicolás Maduro, eso sí, olvidando sus muchas declaraciones al respecto, como la que hizo sobre Cataluña.
Por su parte, el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero se acaba de proponer como garante democrático de esos comicios, pese a que la Unidad Democrática llama a la abstención. Pero Rajoy ha reiterado su posición durante su encuentro con Mauricio Macri, presidente argentino y uno de los principales detractores del "hijo de Chávez" en el continente. "El único que tiene que reconocer el resultado es el pueblo venezolano y el Consejo Nacional Electoral", insistió el canciller de Maduro, quien criticó que Rajoy pretenda convertirse en "tribunal electoral mundial" y que haya recibido a dirigentes de la oposición "violenta" y prófugos de la justicia, en relación al ex presidente del Parlamento, Julio Borges.
Las relaciones entre ambos países, que viven en constante conflicto, alcanzaron su cota más alta con la histórica expulsión del embajador español en Caracas. Jesús Silva fue declarado persona non grata a finales de enero, lo que acarreó su expulsión en 72 horas, "en virtud de las continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia de nuestro país por parte del Gobierno español”. El Gobierno de Rajoy respondió con la misma moneda, expulsando al representante diplomático bolivariano en Madrid.