- La presidenta andaluza se empecina en mantener el gravamen en los niveles más altos.
- La vía de escape del ciudadano para pagar menos está clara: domiciliarse en otra región.
- Madrid es la que más bonifica las herencias (99%); por tanto, la más atractiva para censarse.
- Por cierto, el valedor de Díaz es Javier Fernández, presidente de otra de las comunidades que más grava.
- No es lo mismo tributar 165.000 euros por una herencia de 800.000 que 1.500 euros, como en Madrid.
La disparidad en el
Impuesto de Sucesiones, que varía entre comunidades autónomas, ha abierto un debate político sobre su
armonización en todo el país, y ha llevado, en paralelo, a
prácticas curiosas, como que los ciudadanos de una región se domicilien en otra para tener que tributar menos.
El recelo aumenta en paralelo a la comunidad, como es lógico, pero es
Andalucía donde ese impuesto es más elevado, lo que supone un
hándicap en toda regla en las aspiraciones de
Susana Díaz, primero en las
primarias del PSOE (el 26 presenta su candidatura), y después para
La Moncloa.
Este jueves, el diario
La Nueva España, ha puesto cifras en el caso de
Asturias, región que tocó máximo en 2016 en las renuncias a heredar. En total, 1.635 personas optaron por esa vía, tres veces más que hace una década, y a pesar de la mejora económica.
Asturias, paradójicamente, es otra de las que más grava las herencias, junto a Andalucía,
Extremadura y
Aragón. Y está presidida por
Javier Fernández que, además de presidir la
gestora del PSOE, es uno de grandes valedores de la candidatura de Susana Díaz.
Observen el
vídeo que pueden ver en este link, en el que se contradice el escenario que pinta la presidenta andaluza con la realidad del Impuesto de Sucesiones en esa región. Nada que ver entre el dicho y el hecho.
Una cosa está clara, en cualquier caso, el impuesto no es el mismo según las regiones, y entre ellas, Madrid es la región con el impuesto más bajo (lo bonifica en un 99%).
Tiene tanta lógica, por tanto, que
Susana Díaz plantee la armonización del gravamen en toda España (lo hizo en la última Conferencia de Presidentes), como
Cristina Cifuentes se niegue.
Y es que no es una broma sino un impuesto. En cifras queda más claro: mientras en Andalucía una herencia de 800.000 euros debe tributar 165.000 euros, en Madrid, el asunto queda en 1.500 euros.
Otra paradoja, sin embargo, está en que Madrid recaudará este año 550 millones, lo mismo que en 2016, según la previsión de los Presupuestos, mientras que Andalucía, bastante más poblada, recaudará el 7,6% más, 512,7 millones.
Eso explica que el
censo en Madrid gane enteros, como han hecho 40.000 andaluces.
Es cierto, sin embargo, que al margen de impuestos, se renuncia en muchas ocasiones a la
herencia, directamente, porque la carga tributaria no compensa el aventurado desahogo económico.
Pasa cuando las
deudas y avales del difunto son mayores que el posible beneficio. En España ocurrió eso en el 10% de los casos, según los últimos datos del
Consejo General del Notariado, sobre 2015. Las renuncias se triplicaron respecto a 2007: ocurrió en 37.600 casos, frente a los 11.000 de 2007.
Rafael Esparza