Pablo Casado cuenta con dos varones-termita: el gallego Alberto Núñez Feijóo y el vasco Alfonso Alonso. Son los que han propuesto a Casado, como una gran idea, la opción Navarra de Suma para el conjunto de España.
Al parecer han olvidado que los votos de Suma, en su mayoría, no son del PP ni de Ciudadanos, sino de Unión del Pueblo Navarro (UPN)… y resulta que no hay más UPN en el solar patrio: partidos regionalistas, españolista, cuajado, etc. El Foro ha desaparecido y Miguel Ángel Revilla acrisola lo que siempre ha sido: un falangista progre. Malos tiempos para el regionalismo no separatista.
Núñez Feijóo tendría que decidir si quiere ser líder del PP o tocador de narices del líder del PP
En el caso Feijóo sobra la chulería al proponer una idea tan corta: según él, en Galicia se basta y sobra para obtener la mayoría absoluta si coalición. Pudiera ser, pero don Alberto debe decidir qué quiere ser de mayor: líder de la derecha española o tocador de narices al líder de la derecha española. Porque cuando le dicen que luche por el sillón de Génova se retira… y al día siguiente se pega a Rajoy para incordiar a su sucesor.
Ahora bien, lo de Alonso es mucho más grave. Alonso es el maestro Ciruela, que no sabía leer y puso escuela. Su gran logro como líder del PP en Euskadi ha sido pasar de 2 diputados a ninguno, perder la tercera parte de los votos respecto a 2016 y culminar el proceso por el que el partido conservador ha pasado de segunda fuerza política en Vascongadas a quinta.
Una convicción se abre paso en Génova: Casado debe acabar con los barones-termita
Y, sin embargo, miren por dónde, el exministro de Rajoy, sorayista él, le da lecciones a Génova y arremete contra Casado. Por de pronto, rompe el PP con su proyecto de crear una especie de PSC. Ya saben que los socialistas catalanes son un partido independiente que pasa con el PSOE “de Madrid”.
Además, como, al igual que Feijóo, Alonso es extraordinariamente progresista, advierte que él está dispuesto a ir en coalición con Ciudadanos pero no con Vox. Alonso es muy progre.
A ver, campeón: Suma no iba con Vox, sino con UPN. Y, de cualquier forma, te has cargado el PP vasco, así que no pretendas cargarte todo el PP.
Al final, lo de siempre: el PP ha abandonado sus principios cristianos
En todo caso, que un fracasado sea ahora la mayor termita con la que cuenta el PP, tiene bemoles.
Por eso, según me comentan voces de Génova, cada día más escondidas para hablar con periodistas, lo cierto es que Casado no se atreve a limpiar el partido por dentro por miedo tras la debacle electoral de abril. No lo sé, no soy politólogo pero me da la sensación de que Casado nunca afianzará su liderazgo con personajes como Feijóo o Alonso. Y si no afianza su liderazgo en el partido, ¿cómo va a afianzar el liderazgo en España? O eso o se le romperá el PP.
Y luego está lo importante. Al fondo, al final, lo de siempre: el PP ha abandonado sus principios cristianos, que constituían su esencia. Ahí radica su declive, a veces lento, a veces rápido, un declive que no cesa. Y claro, por pura casualidad, Feijóo y Alonso son dos progres de mucho cuidado.
Casado debe dar un golpe de timón, que consiste en recuperar los principios cristianos del PP y en eliminar a las termitas.