La aerolínea noruega Norwegian confirmó el pasado día 11 que analiza distintas propuestas de compra. Se adelantaba así al interés confirmado una semana después por Carsten Spohr, consejero delegado de Lufthansa, al tiempo que aleja de escena a IAG, el holding de Iberia, British Airways y Aer Lingus. Willie Walsh, además, señaló en la última junta que “no vamos a participar en una guerra de opas”.
Las dos compañías aspiran a crecer en un negocio prometedor, el low cost de larga distancia, en la que ya está IAG, con Level, pero al que se ha incorporado a pleno rendimiento Lufthansa, a través de Eurowings.
Las dos saben que el futuro en los próximos años se juega en ese campo, que depende en gran medida de la compra de Norwegian. La alemana daría un zarpazo a todo el recorrido iniciado por IAG y para ésta, habría un competidor menos y consolidación en rutas.
Norwegian tiene problemas y le viene bien que los posibles pujantes suban el precio
El apetito de la alemana por la noruega, con problemas financieros, resta posibilidades a IAG, que ya compró un 4,61% del capital, aunque no ha seguido adelante con la OPA del 100% porque prefiere negociar con Norwegian a lanzar una oferta hostil. Las dos ofertas presentadas han sido rechazadas porque “infravalora” la compañía.
No es probable que IAG mejore sustancialmente su oferta: no puede pagar demasiado, por el impacto que tendría en la cotización del valor, dentro de esos cálculos que maneja también por el ahorro que puede lograr por las energías.
Tanto los analistas de Bankinter como los del Sabadell han coincidido en el sentido estratégico de la operación para IAG, aunque pague más.
En paralelo, la nórdica se mueve en bolsa en función del interés por comprarla. Acumula un 40% de subida en el año, sobre todo tras el interés mostrado por IAG, que se disipó posteriormente mientras entraba en el juego Ryanair (su consejero delegado, Michael O’Leary negó los contactos), y ahora tras el interés de la alemana, se ha revalorizado un 10%.
Paradójicamente, la low cost insiste en que es viable con su estrategia a largo plazo. Obviamente, para que los posibles pujantes suban el precio: se hace querer.