- Para entendernos: el Nuevo Orden Mundial no admite bancos de menos de 50.000 millones de euros. Aquí todo tiene que ser gigantesco.
- FG asegura que le han expulsado porque su modelo de negocio es de banca doméstica.
- Como si el modelo de negocio interesara algo al grupo de Basilea y al G-20.
- Expulsan al banco español porque no es lo suficientemente grande para formar parte del Olimpo de los protegidos.
- Y también porque el NOM es anglosajón y no le gustan los hispanos.
El
BBVA ya no forma parte del listado de entidades sistémicas del G-20. Es decir, que
ya no preocupa que quiebre. O mejor, que si quebrara los políticos no le salvarían… con el dinero de los contribuyentes, claro. Vamos, que
Francisco González (
en la imagen) ya no figura en el Olimpo de los elegidos y, sobre todo de los protegidos.
Es que los poderosos del mundo, especialmente del mundo del dinero, no pueden evitar una querencia indubitable hacia el ridículo. Así, tras la crisis de 2007, certificada en 2008 por la quiebra de
Lehman Brothers (o sea, cuando las cosas se hacían bien y los bancos quebrados se enviaban a la liquidación) decidieron que un banco bueno es un banco grande. Precisamente, los grandes eran los que se habían hundido pero era igual: los bancos grandes debían ser salvados con dinero público porque tenían demasiados clientes que podrían protestar demasiado. Y a cambio comenzó a funcionar la
Conjura de Basilea, por aquello del
Banco Internacional de Pagos (BIS): si hay un oligopolio bancario siempre podrán comprar la deuda que emiten los Estados (ahora hemos mejorado aún más: la compra directamente el Banco Central Europeo) y a cambio si tú, banquero, metes la mano en la caja, yo te salvaré porque, de otra forma, la gente incendiará Presidencia del gobierno.
Ahora bien, para crear un
oligopolio bancario se necesitan entidades grandes, muy grandes. En el Nuevo Orden Mundial (NOM), que coordina lo políticamente correcto en los
mercados financieros, un banco sistémico es aquel que capitaliza más por encima de los 50.000 millones de euros. En la lista del G-20 figuraban el
Santander (73.000 millones de euros) y el
BBVA, que acaba de ser expulsado del egregio listado está en los 49.600 millones de euros. El resto, de ahí hacia abajo. Y lo peor es lo del principio: un banco grande no es mejor que uno pequeño. Por lo general, suele ser peor y provocar más daño. Pero
el G-20 aplica lo del cateto: burro grande, ande o no ande.
Claro que las cifras no deben tomarse de forma tajante. Por ejemplo, el Nuevo Orden mundial (NOM), así como Basilea, aunque el primer ejecutivo actual sea un español (
Jaime Caruana) tiene matriz anglosajona. Los hispanos somos ciudadanos de segunda categoría.
Y lo cierto es que la banca española es mucho mejor que la anglosajona y mucho más ética:
hace banca universal, necesaria para la justicia social (la banca de inversión o la banca en la sombra no es necesaria para justicia social alguna).
Ahora bien,
FG ha hecho un poco el ridículo cuando, tras conocerse que había sido expulsado del G-20, sale con
la tontuna de que le arrojan a las tinieblas exteriores por un modelo de negocio de banca doméstica. Hombre FG, al G-20 le importa una higa tu modelo de negocio. Lo importante para ellos es que eres 'españolo' y no lo suficientemente grande: estás fuera. Pero no te apures: serás menos importante pero mucho más útil a la sociedad.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com