Al parecer, ha habido dos cumbres del G-7 (no, no me refiero a la contra-cumbre perro-flauta): la del gran propagandista Emmanuel “Lolito” Macron y la que se deduce de los propios acuerdos y las palabas de Donald Trump.
Lo más peligroso: la propuesta del hombre del Nuevo Orden Mundial (NOM), Macron, denominada "Carta para un Internet Seguro, Libre y Abierto”. Un documento donde se pretende luchar contra el “odio” en Internet y que no es otra cosa que el intento de censurar los contenidos libres en la red, según lo políticamente correcto y según el pensamiento único.
Emmanuel Macron se presenta como el gran pacificador, aunque nadie sabe qué propone
Hasta el momento, debido a la amplitud de la WWW, Internet se ha defendido siempre de los intentos de censura, pero a través de documentos como la cartita de marras, se pretende que sean los grandes portales, sobre todo Google y Facebook, quienes actúen como censores de contenidos. De hecho ya lo hacen, pero ni ellos mismos, que son los canales de Internet, consiguen domeñar las redes sociales.
Ojo, el pensamiento políticamente correcto del NOM ya controla los medios de comunicación, todos ellos en proceso de transformación de medios vegetales a medios digitales, pero no han conseguido controlar la comunicación interpersonal, al tiempo que masiva, de las redes sociales. Donde, como reina la libertad, figura todo lo mejor y todo lo peor. O sea, la libertad de expresión.
El NOM ha impuesto el pensamiento único en los medios por no en las redes sociales, donde circula todo lo mejor y todo lo peor
Pues bien, el intento de Emmanuel Macron de oficializar la censura de Internet ha fracasado por la oposición de Donald Trump. Agradecidos.
Como también ha fracasado el intento de ‘Lolito’ Macron de oficializar y universalizar el suicidio que supone la lucha contra el cambio climático en forma de mutilación del aparato productivo, que no otra cosa es el Acuerdo de París. Y no ha sido posible porque Donald Trump ha vuelto a poner sobre el tapete la ecuación que el mundo del calentamiento global y mental no quiere ni oír: que energía verde es igual a energía cara y que la energía no es la única culpable del cambio climático… suponiendo que el tal cambio resulte tan peligroso como nos presentan.
Así, Trump lo ha dejado claro: “No arriesgaré la riqueza de Estados Unidos por quimeras y molinos contra el cambio climático”.
Porque esa es otra: tanto en el diagnóstico como en la terapia del cambio climático: ¿hablamos de realidades o de quimeras?.