El precio del gas también se dispara, como está ocurriendo con la factura de la luz, otro susto para la ministra Teresa Ribera (Transición Ecológica) -y sobre todo para el consumidor-, aunque avanzó parte del problema con el anuncio en sede parlamentaria de un bono social para calefacción. A una escalada sigue la otra. En el caso del gas es, desde este lunes 1 de octubre, un 8,4% más caro de media frente al tercer trimestre, en el que también subió (3,4%). Hablamos, por tanto, de un nuevo máximo anual.
La razón está en la escalada de la materia prima, el petróleo, que también marca la cotización del gas -uno sirve de referencia al otro-, que ha sido del 22,7%. Junto a ello, la apreciación del dólar frente al euro.
En el mercado libre hay 7,8 millones de clientes: la subida les afecta según los contratos con las comercializadoras
Así las cosas, es un 8,4% más cara la tarifa de último recurso (TUR) de gas natural, que afecta directamente a 1,8 millones de consumidores domésticos. En el mercado libre, los 7,8 millones de clientes con contratos, varían los precios por otras vías. Obviamente, también lo están notando, aunque es complejo encontrar una media porque depende el acuerdo con las distribuidoras.
Solo ha habido un trimestre del año, que se estrenó con una subida del 6,2%, en el que los precios regulados del gas han bajado, el segundo (-3,4%). Hay una parte de la parte de la factura congelada desde hace cuatro años, la que afecta a los peajes por el uso de las redes y al coste de la energía, pero no así la otra, que depende del precio de la materia prima; es decir, del encarecimiento del petróleo.
Esa segunda parte para el cálculo de la tarifa depende de la cotización del barril de petróleo Brent -de referencia en Europa-, que ha aumentado más del 5%. Los precios de los futuros del gas natural se sitúan en torno a 30 euros el megavatio hora (MWh), un 50% más caros que en septiembre del año pasado.