- La entidad está en fase de repliegue del exterior al interior en los mercados donde no compensa, por cuota o por falta de control.
- Así se explica la retirada de la OPA sobre el portugués BPI o la venta a Société Générale de su participación (20,5%) de Boursorama.
- También deshace la alianza en la 'joint venture' que mantenía en España, Self Trade.
- El problema en Portugal es a quién vender o quién quiere comprar su 44,1% en BPI, que cae a plomo en bolsa.
Dos pasos significativos de Caixabank: la renuncia a la OPA sobre el BPI y la venta a Société Générale de la totalidad de su participación del 20,5% en el grupo galo Boursorama. Parecen, pero no son, dos operaciones aisladas, ambas en el exterior, en la estrategia de la entidad que preside Isidro Fainé (en la imagen, con el Ceo, Gonzalo Gortázar). En los dos casos la tesis es la misma: no tiene sentido competir en determinados mercados si no es con una cuota por la que merezca la pena (no compensa en términos de rentabilidad. Por cierto, la cotización de BPI se vuelve a despeñar en bolsa (cae más de un 6% este viernes) y está por debajo del precio que ofrecía en la OPA Caixabank En otras palabras, se acerca el momento del repliegue, de no estar por estar en cualquier lugar y a cualquier precio. Mercado, cuota y control. Esos son los tres barómetros para decidir dónde y cómo estar. No sólo le sucede Caixabank. La tendencia es en toda la banca y también para los bancos extranjeros instalados en España, como Deutsche Bank, que puede seguir los pasos de Citi o Barclays. Los analistas apuntan a la venta de negocio, aunque habría que separar banca doméstica y banca de inversión. Con la OPA de Caixabank sobre Banco Portugués de Inversiones ha sucedido lo que Hispanidad ya había adelantado: que retiraría la oferta, como confirmó ayer jueves y así se lo comunicó a la CNMV, si la junta de accionistas rechazaba el cambio de estatutos para acabar con el límite del 20% en los derechos de voto. Ya saben, BPI no aceptó la propuesta y Caixabank, consciente que de poco sirve tener la mayoría de un banco -el 44,1% en este caso-, si eso no se traduce en el mando de gobierno. Caixabank intentó en vano hasta el último momento con la empresaria (también multimillonaria) Isabel dos Santos, segunda accionista del BPI, con el 18,6%, además de hija del presidente de Angola, Eduardo dos Santos. El problema ahora será ¿a quién vende o quién quiere comprar su participación del 44,1% en el banco portugués? Y a eso se ha unido este mismo jueves otro anuncio de otro movimiento en el exterior: la venta a Société Générale (SG) de la totalidad de su participación del 20,5% en el grupo galo Boursorama por 218,5 millones de euros. Con esta operación termina una alianza entre SG y Caixabank que se remonta a 2006 tras la venta de CaixaBank France a Boursorama (se renegoció después en marzo de 2014). Paralelamente, Caixabank da también por terminada la joint venture que mantenía en España con Boursorama, Self Trade Bank, que arrancó en 2008. Caixabank también anunció la venta a Boursorama por 33 millones de su participación en esa sociedad, equivalente al 49% del capital. La propia Caixabank destaca en su comunicado que esos anuncios encajan dentro del Plan Estratégico 2015-2018, "uno de cuyos pilares es gestionar activamente el capital, reduciendo el consumo de capital de la cartera de participadas". Esos objetivos se cumplirán también en Portugal. Rafael Esparza