- El banco británico, hoy por hoy, sólo funciona bien en Asia, de donde procede el 60% de su negocio.
- El beneficio neto ha caído un 1,31% por los gastos que le ocasionan sus litigios con los reguladores europeos y de EEUU.
- La reestructuración manda: vende su negocio en Brasil a Bradesco por 4.700 millones y 'aparca' la oferta del Santander.
El HSBC sigue inmerso en un proceso de reestructuración con el que pretende neutralizar el impacto de las multas y sanciones por sus prácticas bancarias irregulares.
El gigante bancario británico
HSBC se marcó una
hoja de ruta para escapar de los
escándalos, reducir costes y fortalecer sus cuentas. Es el precio que está teniendo que pagar por sus prácticas bancarias irregulares, la más sonora de ellas el
fraude fiscal masivo orquestado por su filial suiza.
En ese contexto hay que interpretar las dos noticias sobre el banco británico conocidas este lunes. Por un lado, los resultados semestrales, que caen -a pesar de su vigor en el área que menos disgustos le da -Asia- y por otro, la venta al banco brasileño
Bradesco, por 4.700 millones de euros, de su negocio en ese país.
La venta en Brasil deja fuera de la puja al
Santander, que esperaba comprar ese negocio y para ello había presentado "una buena oferta", según el presidente de la entidad en ese país,
Jesús Zabalza. Hispanidad
ya informó en mayo de que el Santander analizaba esa compra para fortalecerse en el país hispanoamericano.
El favorito, sin embargo, ha sido Bradesco, y así lo ha comunicado el propio HSBC en una nota a la
Bolsa de Hong Kong. La venta incluye las empresas HSBC Bank Brasil, Banco Multiplo y HSBC Servicios e Participaciones.
El HSBC necesitaba irse de Brasil del mismo modo que lo hará de
Turquía. Quiere reducir así, en palabras del banco, "su propia complejidad". Los
planes fueron anunciados en junio, durante la junta, por el presidente ejecutivo,
Stuart Gulliver (
en la imagen). En empleos, el recorte será drástico: afectará a 25.000 trabajadores en todo el mundo, más del 10% de la plantilla. En Reino Unido, despedirá a 8.000 de sus 48.000 trabajadores. Y a 50.000 hasta 2017.
Y a esa realidad, provocada por su mala
reputación, se suman también los resultados entre enero y julio. El HCBC ha reducido su
beneficio neto un 1,31%, hasta los 8.750 millones de euros. Y la cosa no ha ido peor gracias a su actividad en Asia, que le aportó el 60% del beneficio.
El banco culpa del revés en el beneficio a los elevados
impuestos que paga en Reino Unido. Es el motivo por el que planteó trasladar su
sede de nuevo a Hong Kong, aunque no hay nada nuevo al respecto. Pero a nadie se le oculta, paralelamente, los cuantiosos gastos que está teniendo que afrontar por los litigios que mantiene con los reguladores británicos, de EEUU y de otros países europeos e hispanoamericanos.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com